La investigación sobre la efectividad de las mascarillas que se está llevando a cabo en la Escuela Universitaria ADEMA se encuentra en la fase final y los investigadores están trabajando en varios frentes con un equipo de expertos. 

Desde el centro de enseñanza sanitaria se han impulsado mesas de trabajo con técnicos de la Administración, patronales empresariales y centrales sindicales para evaluar al máximo las cualidades, la efectividad y seguridad de estos dispositivos frente a los riesgos biológicos por aerosoles, y en concreto ante la pandemia de la covid-19.

Los principales aspectos evaluados se centran en el porcentaje de eficacia de filtrado biológico (BFE), acreditación de las mascarillas y fortalezas y debilidades frente a los riesgos biológicos; el ajuste facial y los riesgos de entrada en el interior de aerosoles contaminados por las zonas desajustadas de las mascarillas y el índice de respirabilidad (volumen de aire que puede atravesar el tejido de la mascarilla en un periodo de tiempo).

Con estas mesas de expertos, la Escuela Universitaria ADEMA pone fin a la última fase de su investigación para debatir sobre el uso de las mascarillas y qué mecanismos puede ofrecer la mayor seguridad frente al virus.

Desde el equipo investigador del centro educativo, han mostrado su preocupación “al ver a muchas personas con mascarillas mal ajustadas o con tejidos de bajos o ningún índice acreditado de protección frente a riesgos biológicos (BFE)”. Esta inquietud también se ha trasladado a las diferentes instituciones para que se tome en consideración y se busque la fórmula más idónea para garantizar la seguridad de los profesionales.

El dispositivo de cierre de mascarillas patentado por el centro educativo ha pasado los controles y la acreditación de protección dual tanto de producto sanitario como elemento de protección individual (EPI) por un laboratorio certificador español, como indica la norma de prevención de riesgos laborales frente a los riesgos biológicos. Asimismo, los estudios cualitativos de eficacia en el ajuste de los distintos tipos de mascarillas corroboran el estudio que hizo la mutua laboral Fremap y parece evidenciar una baja efectividad en el ajuste de las mascarillas filtrantes estandarizadas. Ante esta situación, desde la Escuela Universitaria ADEMA se recomiendan elementos de ajuste personalizados al contorno facial de cada persona.

Estos mismos estudios cualitativos, según el presidente del Patronato de la Escuela Universitaria ADEMA, Diego González, corroboran la eficacia del uso de mascarillas quirúrgicas IIR con cierres personalizados, ya que “obtienen unos resultados muy superiores a las mascarillas filtrantes estandarizadas”. Para el investigador y docente de la Escuela Universitaria ADEMA, el doctor Pere Riutord, “la utilización de estos cierres personalizados mejora la protección y ayuda a frenar la propagación de virus en ambientes con aerosoles contaminados por la covid-19 a través de las vías respiratorias e incluso evita el que se empañen las gafas”. 

Aumentar la efectividad 

Por otro lado, Diego González también ha destacado otros estudios recientes del Departamento de Salud de China donde argumentan que las mascarillas que se utilizan hasta ahora están siendo efectivas entre los profesionales sanitarios en aproximadamente 70 a 75%. Otros autores, explica González, atribuyen el problema a la falta de ajuste debido a la estandarización de las tallas, lo que provoca el error en la colocación de las mascarillas por parte del personal sanitario permitiendo la entrada de aire contaminado por las aperturas laterales. Este problema, indica el doctor Riutord, “se incrementa exponencialmente cuanto menor es el índice de respirabilidad que tiene el tejido de la mascarilla. Cuanto más espesa es la tela es peor, ya que más aire entra por los desajustes laterales”.

Ante estos motivos, desde la Escuela Universitaria ven necesario tratar de aumentar la efectividad y acercarnos al 100% a través de un ajuste efectivo de las mascarillas al contorno facial, “mejorando la efectividad de las quirúrgicas, evitando así que los profesionales expuestos a ambientes con aerosoles se contaminen por vías respiratorias”. 

González considera “clave buscar medidas de mejora, cómo que sean fácilmente estandarizadas, universalizables, de fácil fabricación y distribución a grandes grupos de población a nivel mundial, al mismo tiempo con un coste económico y sostenibles medioambientalmente”. La Escuela Universitaria ADEMA ya está fabricando grandes cantidades de este dispositivo de cierre en Mallorca, que se distribuye a través de su FUNDACIÓN ADEMA +, sin ánimo de lucro.