En pleno repunte de los fallecimientos derivados de la covid la Comisión Europea, mediante la aprobación del denominado Green Deal, nos envía un mensaje tan claro y directo que ni los escépticos más recalcitrantes pueden ignorar: el trinomio “Emergencia Climática – Pandemia – Crisis Económica” no debe desplegar sus efectos perversos so pena de que suframos, colectiva e individualmente, sus nefastas consecuencias de forma permanente o al menos cronificada para futuras generaciones.

El pasado lunes el Club DM acogió una nueva edición del Foro de la Energía. A través de diversos expertos en la materia los que seguimos el evento pudimos vislumbrar la hoja de ruta necesaria para reorganizar nuestra sociedad, nuestro sistema productivo, nuestros consumos y nuestros desechos de forma que podamos garantizar a nuestros hijos niveles dignos de calidad ambiental, salubridad personal, defensa de nuestro entorno natural y una economía circular, sostenible y justa con las generaciones futuras. En mi opinión no existe mejor deseo que pedir al Nuevo Año ver cumplidos estos cuatro objetivos para la felicidad y bienestar de los que, por fortuna, hoy aun permanecemos y para los que todavía están por llegar. No hay mejor obsequio que la Vida, más aún cuando ésta se desarrolla en paz, con dignidad, de forma justa y en armonía con nuestro hábitat más inmediato.

A pesar de mi experiencia en el sector de la energía y de la responsabilidad corporativa me sentí gratificado con la magistral intervención de la ministra Ribera. No solo por su vasto conocimiento y realismo pragmático sino también y sobre todo por su mensaje directo: “los ciudadanos de Balears se encuentran en una posición privilegiada para encabezar el cambio de paradigma socioambiental, cuentan con todos los elementos necesarios para convertirse en islas energéticamente 100% renovables y llevarlo a efecto es únicamente cuestión de su propia responsabilidad. Las islas son hechos singulares pero como todos los ciudadanos del mundo sus habitantes deben saber priorizar sus más íntimos intereses y necesidades”. Otro sí el Ministerio nos ha concedido 230 millones de euros destinados a nuestra reconversión energética como mecanismo de impulso y recuperación económica en las Balears.

En contraste, días antes del Foro me sentí atónito y sobrecogido al toparme con un artículo de prensa que acreditaba que - aún hoy – existe un crepúsculo de oposición al desarrollo de plantas fotovoltaicas en nuestro territorio. No pongo en duda las intenciones y objetivos íntimos de los críticos a la transición energética en nuestro archipiélago. No dudo siquiera que consideren que sus motivaciones son legítimas. Pero sí de algo estoy - absoluta y plenamente - convencido es de que sus posibles razones y alegatos no son ni de lejos superiores al interés general, a la lucha contra la emergencia climática, a la promoción de un ecosistema descarbonizado y una sociedad libre de contaminación atmosférica, a superar la crisis económica y sobre todo al desarrollo de un modelo territorial holísticamente sostenible y por tanto justo con las próximas generaciones. Todos, sin excepción, estamos obligados a ser responsables y a saber priorizar nuestras necesidades e intereses individuales y colectivos. Yo me apunto al reto y al objetivo responsable de convertirnos por, para y gracias a todos nosotros en islas 100% renovables. Y usted, ¿se apunta también?.