El ahorro en el hogar es uno de los hándicaps de todas las familias españolas. Evitar el despilfarro a la hora de consumir energía es una tarea complicada a priori pero que, con un poco de información, puede ser resuelta de manera favorable para la economía doméstica de una familia media.

El uso de las energías renovables presenta una ventaja sobre las antiguas fuentes de energía, que lejos de suponer un ahorro en la factura de los suministros, también contribuían a un empeoramiento de la calidad del medio ambiente.

Varios estudios han demostrado que el 10% de la energía que se consume en el hogar se derrocha sin ningún tipo de aprovechamiento. En términos monetarios, esto puede suponer un incremento de hasta 600 euros en la factura anual, cantidad que se ahorraría con un consumo responsable.

Medidas de ahorro en el hogar

La concienciación pasa por adoptar una serie de medidas en el día a día del hogar que permitan reducir ese despilfarro energético. Acciones tan simples como desenchufar cualquier aparato electrónico de la toma de red cuando no se esté usando (en tiempos de más de 30 minutos) pueden implicar un ahorro significativo.

El famoso piloto rojo de encendido de todos los equipos que hay en casa puede llegar a consumir un 5% de la energía. Esto se soluciona fácilmente utilizando bases de conexión múltiple (comúnmente llamados 'ladrones') que cuentan con un interruptor que permite desconectar varios aparatos enchufados de una sola vez.

Además, se puede reducir hasta el 40% de la pérdida de energía empleando elementos que aporten sombra en el hogar (como toldos, persianas y porches). Este consejo se aplica especialmente en época de verano, cuando el sol caldea el interior de la casa y hay que recurrir a un uso excesivo del aire acondicionado.

En toda esta tarea también ayudarán las bombillas de bajo consumo, que frente a las incandescentes suponen un ahorro del 80%; así como aprovechar al máximo la carga de electrodomésticos como el lavavajillas o la lavadora. Será muy útil tener en cuenta que estos aparatos cuenten con la etiqueta de alta eficiencia energética en el momento de la compra.

Las energías renovables en el hogar

La conocida marca Tesla, que apostó por la introducción de los coches eléctricos en el mercado automovilístico, también lo ha hecho con el mercado doméstico energético. ¿Cómo? A través de las baterías Tesla que almacenan energía limpia procedente de fuentes renovables en hogares a través de la tecnología ion-litio.

Casas más eficientes y facturas más reducidas es el objetivo de este nuevo producto. Pero también se puede optar por un clásico, las placas solares fotovoltaicas. Se colocan sobre el tejado de la casa y producen electricidad a través de la energía recibida por la radiación solar. Sin duda, es la fuente renovable para el hogar que más éxito ha cosechado a través de una sencilla instalación de un kit de autoconsumo compuesto por una placa solar, un inversor y un cable de conexión a la red.

Un sistema parecido es el de las placas solares térmicas, que aprovechan la energía del Sol para usos tan cotidianos como calentar agua, la calefacción o cocinar. El ahorro en estas acciones también se puede conseguir a través de la energía geotérmica, cuya fuente proviene del calor del interior de la Tierra. Unos colectores en el exterior de la casa serán suficientes para aprovechar la energía del subsuelo.

El viento no solo puede aprovecharse en los grandes y extensos parques eólicos, sino que es posible contar con energía mini eólica en casa. La clave son los aerogeneradores domésticos con potencia inferior a 100 kW instalados en el exterior del hogar. Posibilidades renovables y limpias que también suponen un ahorro en la factura de suministros.