Con apenas tres personas y con Sabadell como base de operaciones, en febrero de 1992 nacía SALAS con la vocación de gestionar comunidades de propietarios para facilitar el acceso a viviendas a un precio asequible.

Los años, el crecimiento de la empresa y los propios cambios del mercado y de las necesidades de los usuarios, han ido moldeando lo que es SALAS en la actualidad, que con más de 170 trabajadores representa un modelo muy particular dentro del sector de la promoción inmobiliaria.

“Somos de las pocas, por no decir la única, promotora o gestora de viviendas que integra dentro de su equipo el personal necesario para desarrollar toda la cadena de producción”, señala Manel Rodríguez, director general de SALAS, quien asegura que “siempre hemos pensado que para controlar bien el proceso necesitamos gente que trabaje muy alineada con la misión de la empresa y gente formada en nuestra manera de hacer las cosas y la única manera de hacerlo es con equipos estables, equipos propios, gente de SALAS”.

Así pues, la apuesta de la empresa pasa por controlar todo el proceso, desde la búsqueda de suelo y la concepción del proyecto, hasta la entrega de las viviendas y, desde hace un par de años, también la propia ejecución de algunos de sus edificios, al impulsar una división constructora bajo el nombre SALAS Construhabit. “Este equipo propio nos permite hacer las cosas mejor, poniendo atención en todos los detalles con expertos en nuestra manera de hacer y de una manera muy integrada. Somos el paradigma del trabajo en equipo”, afirma Rodríguez.

Vinculación al territorio

El equipo de SALAS cuenta con más de 20 perfiles profesionales diferentes y se divide actualmente en tres delegaciones: Cataluña (con varias oficinas en su Sabadell natal), Baleares (con oficinas técnicas en Palma e Ibiza) y recientemente Madrid. “Nuestro trabajo está muy vinculado al territorio y al mundo local. Cada ciudad es diferente y cada ubicación en cada ciudad es diferente con lo cual nuestro trabajo requiere mucho conocimiento de ese territorio”, señala el director general de SALAS.

A esto, hay que sumar una red de oficinas comerciales que se crean respondiendo a la aparición de nuevas promociones por el territorio. De este modo, tal y como asegura Rodríguez, “prácticamente todos los clientes que nos compran una vivienda tienen una oficina con personal de SALAS en su comarca, con un pequeño desplazamiento nos tienen a su lado, desde que ven la promoción hasta que les entregamos las llaves”.

Así, añadiendo cada vez una estructura mayor, tanto en personal como en expansión geográfica, SALAS va creciendo sin perder de vista su carácter familiar y local y su razón de ser: dar respuesta a la demanda de producción de viviendas. Para ello, según su director general, es imprescindible “que todo el equipo de la casa trabaje con esa filosofía, alineados a un objetivo de calidad y con una misión que debe ser única para todos”. Esto, asegura, “se respira en nuestra casa, somos una empresa familiar y todo el equipo formamos una gran familia”.