La Escuela Universitaria ADEMA está produciendo los dispositivos de cierre personalizados ADEMA MASK SAFER (AMS) en Mallorca y distribuyendo a diferentes empresas sanitarias, hospitales e instituciones públicas y privadas. Los fondos van destinados a la Fundación ADEMA+ para seguir investigando.

Este dispositivo de cierre, con funcionalidad certificada como EPI y como producto sanitario, junto a la mascarilla quirúrgica, se ha convertido en una herramienta perfecta, frente a situaciones de alto riesgo como la COVID-19, aerosoles y transmisión aérea, por su fijación y adaptabilidad al contorno facial, que garantiza mayores índices de seguridad y eficacia, según evidencias científicas contrastadas.

Uno de los equipos que ya utiliza el dispositivo patentado por la Escuela Universitaria ADEMA es el de la Unidad de Cuidados Intermedios Respiratorios COVID, del Hospital Universitario de Son Espases.

Para Carolina Fuentes González, enfermera de esa Unidad, “con el dispositivo de cierre he conseguido adaptarme las mascarillas totalmente manteniendo la hermeticidad y evitando fugas”. Además, una de las grandes ventajas que señala, es que debido a la anatomía de su cara, todas las mascarillas le quedaban grandes, “teniendo huecos por debajo y laterales por donde se filtra el aire de entrada y salida”. Carolina Fuentes, como el resto de sus compañeras, califican esta herramienta “como una buena solución para aumentar la seguridad además de ser fácil de usar y, también, un remedio muy económico”. Ella lo utiliza durante sus jornadas laborales de aproximadamente ocho horas y además lo lleva también siempre que sale de casa.

Otro de los colectivos que se han animado a probarlos han sido profesores del CEIP Miquel Porcel. Para su directora, María Antonia Santandreu, “esta herramienta tan sencilla me ha proporcionado muchísima seguridad tanto dentro del centro escolar como en la calle porque no me deja huecos para la entrada de posibles partículas”. Sin duda alguna, también “he ahorrado dinero en mascarillas”. María Antonia Santandreu lo usa a diario tanto en su vida fuera como dentro del colegio e incide en que “se debe prestar especial atención a los ajustes para que puedan acoplarse al contorno de la cara. Una vez que la has conseguido adaptar es un complemento muy positivo”.

Por su parte, el doctor Jorge Domínguez Pérez, endodoncista en Clínica Dental Company & Domínguez, destaca también su comodidad, adaptabilidad y facilidad para usarla durante su jornada laboral. “La principal ventaja que he observado es que ya no es necesario llevar dos tipos de mascarillas (una FFP2 y una quirúrgica encima) como se recomendaba para estar protegidos contra el virus en según qué ámbitos sanitarios, con lo cual, es mucho más cómodo ya que con una sola mascarilla quirúrgica y el dispositivo de cierre periférico estamos protegidos”, ha asegurado. Además, permite utilizar cualquier dispositivo elástico para su adaptación a la cabeza y evitar que “tirantez” no se aplique directamente en las orejas.

Otra de las ventajas que subraya la doctora María Quintana Carbonell, directora médica de Smile2impress, “es la comodidad y facilidad que te permite a la hora de hablar, respirar y, sobre todo, que al estar herméticas no se empañan las gafas. Con la FP2 es muy incómodo trabajar y agobiante durante 8 horas”. Ella anima también a todos los profesionales que estén ante una situación de alto riesgo de contagio ante la COVID-19.

En estos argumentos abunda también la doctora Joana María Plomer, directora de su centro médico dental al incidir que “todos sabemos que el virus se puede filtrar por los huecos que quedan en las mascarillas que no están bien ajustadas y en nuestra profesión estamos creando aerosoles continuamente, por lo que el cierre periférico da mucha seguridad y tranquilidad”. Una gran fortaleza que destaca es que “al estar adaptada a la cara de manera personalizada no permite que se mueva la mascarilla, además es reutilizable y su precio muy asequible. La utilizo en mi jornada laboral y si voy a estar en sitios cerrados”.

Por último, destacar que personal de Emergencias 112 participó en el estudio de eficacia y seguridad de este dispositivo desarrollado y patentado por la Escuela Universitaria ADEMA-UIB.