El pasado 28 de noviembre, se presentó a la sociedad Balear en la sede de la Once, la Associació Albó, presidida por Rafael Mesquida. Dicha Asociación promueve espacios culturales y sociales que facilitan la reflexión crítica ante la sociedad en la que estamos inmersos. Eligió como ponente al filósofo y antropólogo Higinio Marín quien disertó sobre “Entender el mundo de hoy”.

En sus reflexiones, insistió en que al mundo sólo se accede mediante la comprensión, y que estar en el mundo, más allá de habitarlo, requiere comprenderlo. Para ello es necesario caer en la cuenta de que el nuestro es un mundo cuya velocidad de cambio es, por primera vez en la historia, superior a la del individuo que lo habita. Hemos perdido la referencia de las tradiciones y el saber acumulado de distintas generaciones que nos facilitaban una disciplina frente a nuestros deseos, sabíamos que no todos nuestros deseos se podían satisfacer. El estilo de vida de la Europa occidental viene marcado, en términos generales, por la inexperiencia de la verdadera necesidad. Hoy en día la sociedad consumista no nos permite diferenciar entre el deseo y la necesidad, el deseo se presenta como una necesidad sin serlo; experimentamos deseos pero no toleramos que se frustren y con facilidad nuestros caprichos - deseos que se viven como si fuera una necesidad - se convierten en adiciones que al no satisfacerlas generan agresividad. La intolerancia a la frustración nos convierte en agresivos. El sujeto que no ha sido disciplinado en la tolerancia de la frustración del deseo vive “a demanda” de sus caprichos y se convierte en un adicto o en una personalidad obsesiva.

Se ha producido una mutación en la estructura del sujeto. Este cambio se inició en la segunda guerra mundial porque, con la explosión de la bomba atómica en el año 1945. Por primera vez en la historia de la especie humana, se constató que el mundo puede ser aniquilado por sus propios habitantes. La amenaza más difícil de esquivar es nuestro afán de poder. Hasta ahora dominaba en la historia el “paradigma guerrero”, la necesidad de supervivencia y el afán de luchar para mantener el poder. Pero ese paradigma se ha roto. La agresividad del guerrero debe ser sustituida por el “paradigma del cuidado”. Ya no es necesario dominar el mundo, sino más bien conservarlo. Hasta ahora la filosofía no había reflexionado del cuidado. Hemos experimentado un cambio respecto a nuestra situación en el mundo: aquel mundo en el que hasta ahora éramos tan sólo habitantes, y ahora debemos ser “cuidadores”.

En el turno de preguntas explicó que a principiod del siglo XX se produjo también una transformación sociológica: la noción de juventud. Afirmó que la juventud, tal como la entendemos hoy, es un invento de las sociedades occidentales. La palabra juventud se refiere al trecho abierto entre la plena competencia sexual y la asunción de responsabilidades familiares y laborales. Antes se asumían esas responsabilidades de modo prácticamente simultáneo. Ahora el sistema educativo requiere una cualificación tan compleja que va demorando la incorporación al trabajo y esa demora abre un trecho desconocido, un tiempo con plena competencia sexual y sin responsabilidades familiares importantes, y en algunos casos ese tiempo sin responsabilidades es indefinido. Así hay “jóvenes” para toda la vida cuyo régimen de vida es el deseo “a demanda”, jóvenes que viven bajo el “efecto de Dorian Grey.” Este es el invento de las sociedades occidentales que incluso lleva a los adultos a desear nostálgicamente un periodo narcisista de sí mismos que les permita vivir en una permanente situación de satisfacción a “demanda” de modo irresponsable.

Acabó insistiendo en la necesidad de tener proyectos, metas que posibiliten mirar al futuro con esperanza. Insistió en no tener una mirada cínica sobre la realidad. El hombre con esperanza experimenta que la propia vida y la de otros merece ser celebrada, a pesar de las contrariedades. La expectativa de que lo peor va a prevalecer es un error por apresuramiento porque da por perdida muchas cosas. Tener esperanza es no precipitarse. La esperanza cambia el mundo.

La Asociación Albó agradeció la brillante exposición del Dr Higinio Marín y nos convocó para el próximo 6 de febrero a las 19,30 a otra conferencia en la que la abogada y coach Ana Luz Huete disertará sobre “Entender a los demás”.