La socialista Bàrbara Rebassa será elegida mañana sábado alcaldesa de Alcúdia en cumplimiento con el acuerdo cerrado ayer por la noche entre el PSOE y El Pi, mediante el que formarán equipo de gobierno durante los próximos cuatro años en el municipio del Nord.

Tras dos semanas de intensas negociaciones entre ambas formaciones en las que no había acuerdo en los tiempos de la alcaldía, finalmente ayer el PSOE cedió parcialmente a las pretensiones de El Pi y acordó otorgar el último año de la legislatura a la formación regionalista, por lo que su candidato Domingo Bonnín estará al frente de Alcúdia al final del mandato. Ambas formaciones han convocado para hoy una rueda de prensa para explicar todos los detalles del pacto.

Por otro lado, varios municipios de la isla siguen todavía sin saber qué alcaldes tendrán a partir del sábado. Los partidos apuran estos días las negociaciones para tratar de cerrar acuerdos de gobernabilidad. En unos municipios los pactos se ven cerca, en otros las posturas todavía están alejadas.

Una de las localidades donde todavía no se ha despejado el panorama político es Campanet, donde las posturas siguen encalladas entre Més y PSOE, hasta el punto de que no se puede descartar ninguna opción de pacto. Las formaciones llevan con gran secretismo las negociaciones. Todo indica que el desenlace no llegará hasta el último día.

Ayer por la tarde PSOE y Més concluyeron una nueva reunión sin alcanzar ningún acuerdo. Lo más probable es que los socialistas renuncien a presentar candidatura por lo que la alcaldía sería para Més, en minoría.

Una situación similar es la que se respira en Maria de la Salut, donde se produjo un triple empate a tres regidores entre El Pi (fuerza más votada), X Maria y PP. Hasta la fecha, los contactos formales han sido protagonizados por El Pi y X Maria, aunque sin resultados. Por ahora, la opción más probable es llegar al pleno de mañana sábado sin un acuerdo de base, por lo que en este caso el alcalde sería de El Pi por ser la formación más votada en las elecciones.

Binissalem es otro de los municipios donde las espadas están en alto. Los cometarios populares que circulan por el pueblo indican que se habría producido un pacto entre Unió per Binissalem y PSOE, aunque ninguna de dichas formaciones ha querido confirmarlo. Una de las opciones más probables que se barajan es la de que cada uno de los partidos con representación (UxB, Més, PP y PSOE) votarán a su propio candidato por lo que Víctor Martí Sería alcalde en minoría.

Llucmajor es otro de los municipios que a día de hoy no sabe quién regirá su destino durante los próximos cuatro años. El que tiene más números en estos momentos es el socialista Gori Estarellas, quien tiene previsto presentarse al pleno de investidura sin pactos cerrados y comprobar así, quién le muestra su apoyo inicial y con quien tendrá que trabajar para llegar a acuerdos.

De momento el PSOE tiene buena sintonía con sus antiguos socios del tripartito (con los que ahora no suman los ediles necesarios) de El Pi y Més. Estarellas también confía en poder avanzar con Podemos y Ciudadanos. Si logra sumar todos estos partidos podría obtener los once concejales necesarios para un Pacto a cinco. Una mezcla notable de intereses pero un rompecabezas necesario dada la fragmentación del voto llucmajorer.

Por la derecha, la opción más viable es que el Partido Popular de Eric Jareño, con cinco regidores electos, se entienda con Ciudadanos, Llibertat Llucmajor, ASI y el edil expulsado por Vox, Raúl Domínguez, con lo que también sumaría once.

Las cábalas están abiertas y se prevé que continuen así hasta mañana cuando el pleno eche a andar y se vayan conociendo nuevos argumentos y prioridades.