La dirección de Vox en Balears ha expulsado de forma fulminante a su número dos en Llucmajor, Raúl Domínguez. Las causas esgrimidas por la formación de Jorge Campos se basan en una serie de "diferencias bastante importantes y pérdida de confianza", con lo que solo cuenta ya con uno de los dos concejales obtenidos en las pasadas elecciones municipales de mayo. Ello dificulta enormemente un posible pacto por la derecha que pueda sustituir al tripartito formado hasta ahora por PSOE, Més y El Pi, cuyos números tras el 26M tampoco suman.

Y es que se da además la circunstancia de que Domínguez tiene pensado recoger este sábado su acta como regidor del ayuntamiento de Llucmajor, lo que significa que pasaría a formar parte del consistorio como independiente no asociado a ninguna formación. "No nos queda mucho margen de maniobra, ya que el acta es personal y no podemos forzar a nadie a entregarla contra su voluntad", explicaron desde la dirección del partido comandado a nivel local por José M. Pastor.

Esta división fragmenta aún más el escenario salido de las elecciones llucmajoreres en las que las fuerzas más votadas fueron el PSOE y el PP con cinco concejales, y a una distancia considerable Ciudadanos, Vox, Més y Llibertat per Llucmajor con dos. El Pi, ASI y Podemos obtuvieron un edil cada uno.

De esta forma y tras la expulsión y posible disidencia del número dos de Vox, queda truncada y sin prácticamente opciones la propuesta de un frente común con todos los partidos de derechas, lo que podría hacer que el último alcalde del municipio, el socialista Gori Estarellas, gobernara de nuevo, esta vez en minoría y con apoyos puntuales.

Al pleno sin pactos

Precisamente Estarellas confirma que se presentará este próximo sábado como candidato a la alcaldía en solitario, sin ningún pacto firmado y con la única voluntad de saber con qué apoyos cuenta de inicio para empezar a entablar conversaciones a partir del siguiente lunes. "Nos entendemos con El Pi y con Ciudadanos, por ejemplo, porque aquí cuentan las personas. También con Podemos y Més", confirmó.

"Como la fuerza más votada y por dejar la alcaldía nos tocaba hablar con todos. Nos faltaba Vox, pero ahora ya con lo que ha pasado lo dejaremos. Lo vemos muy difícil, porque quien quiera pactar tendrá que hacerlo con cinco o seis partidos, además muy distintos entre sí", sostiene Estarellas.

Si el PSOE sale del pleno del sábado como lista más votada en minoría, comenzará a buscar los días siguientes, apoyos puntuales con los que poder llegar a acuerdos de programas e ideas "negociando y hablando que es lo que debemos hacer los políticos".

Los ejes programáticos que el PSOE pone sobre la mesa de negociación o de puntos de conexión se basan, según el líder socialista, sobre todo en completar el PAC de s'Arenal, el instituto de Maioris, y pilares como la Educación, los Servicios Sociales y la Sanidad.