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Dos partidos locales en busca de aliados para formar un pacto estable en Pollença

La masificación turística y la defensa del medio ambiente, grandes retos

Pollença tiene el reto de equilibrar turismo y defensa ambiental. En la imagen, las restricciones de Formentor.

Pollença es tal vez el municipio de Mallorca que mejor ejemplariza el equilibrio entre turismo y medio ambiente. Es un territorio que atesora uno de los entornos naturales más privilegiados de la isla y al mismo tiempo más amenazado por la presión humana. Las restricciones de acceso en vehículo privado al faro de Formentor puestas en marcha el pasado verano son un ejemplo de la necesidad de poner límites a los excesos turísticos. Una iniciativa que este próximo verano volverá a aplicarse y en un futuro próximo se intensificará.

Por otra parte, la defensa del medio ambiente también se usa habitualmente como excusa para cerrar caminos que siempre habían sido de libre acceso y cuyo paradigma más evidente es el de la finca de Ternelles, uno de los espacios más impresionantes desde el punto de vista paisajístico y que, sin embargo, está vetado al gran público. Pollença es uno de los principales escenarios de la 'guerra' entre propietarios y excursionistas defensores de las rutas públicas.

La corporación que surja de las elecciones municipales deberá tener en cuenta todos estos condicionantes, aunque no podrá dejar de lado otros problemas no resueltos en la legislatura como la aprobación de una ordenanza actualizada de ocupación de la vía pública (otra lucha de intereses entre lo público y lo privado), la gestión de las numerosas viviendas vacacionales diseminadas en suelo rústico (muchas de ellas ilegales), la falta de viviendas de alquiler que provoca la fuga de residentes a otros municipios o la puesta en marcha de equipamientos necesarios como el futuro PAC, cuya tramitación está avanzada pero las obras todavía no han empezado y existen grandes discrepancias políticas sobre el solar adecuado para su construcción. Otra de las problemáticas endémicas del municipio, la proliferación de casas ilegales en suelo rústico, ha sido traspasada esta legislatura a la Agència de Defensa del Territori, entidad que se encargará de la inspección.

Al igual que en la pasada legislatura, todo indica que uno de los dos grandes partidos locales surgidos en 2015, Junts Avançam y Tots per Pollença, liderará, sin mayorías absolutas, el próximo equipo de gobierno. Por un lado, Junts mantiene la misma fórmula electoral que aglutina a PSOE, Més, Esquerra y candidatos independientes como el actual alcalde en funciones, Miquel Àngel March, que repite como cabeza de lista con la esperanza, esta vez sí, de sumar apoyos suficientes para gobernar con comodidad, al contrario de lo que ha pasado en esta legislatura.

Por otra parte, el partido creado en 2015 como una escisión del PP por el exalcalde Tomeu Cifre Ochogavía concentra gran parte del voto conservador, aunque los populares mantienen su propia marca electoral con David Alonso como candidato y El Pi intentará mantener la representación con Josep Marquet como alcaldable.

A la izquierda del espectro ideológico destaca de nuevo la candidatura de Alternativa per Pollença con Marina Llobera a la cabeza, el partido asambleario que facilitó la investidura de March como alcalde pero rechazó integrar el equipo de gobierno, por lo que este quedó en minoría, y la lista de Unidas Podemos, encabezada por Michael Muller, cuyo apoyo electoral a nivel municipal es ahora una incógnita en el municipio.

Mención aparte merece Unió Mollera Pollencina (UMP), el partido 'mollero', que ha vuelto a confiar en Andrés Nevado como candidato y que podría tener de nuevo la llave de la gobernabilidad. Durante el pasado mandato, UMP apoyó a la izquierda local, con la que ha tenido diferencias significativas.

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