Tenso debate el de ayer entre Mateo Isern (PP), José Hila (PSOE), Antoni Noguera (Més), Alberto Jarabo (Podemos), Eva Pomar (Ciudadanos), Josep Melià (El Pi) y Fulgencio Coll (Vox), los candidatos a la alcaldía de Palma, en el Club Diario de Mallorca. Desde un principio, las diferencias entre la derecha y la izquierda se evidenciaron, agudizadas con la actitud de un público que interrumpió, abucheó y aplaudió según quien estuviera haciendo uso de la palabra.

El caldeado encuentro obligó al moderador, el periodista de esta casa, Josep Capó, a pedir respeto a los participantes, tanto a los que estaban sentados a la mesa del debate como a quienes increpaban desde el patio de butacas.

En esas circunstancias, los candidatos mostraron sus preferencias a la hora de pactar para gobernar Cort. Tanto Antoni Noguera, como José Hila y Alberto Jarabo apostaron por reeditar el pacto entre PSOE, Més y Podemos de esta última legislatura, aunque "asumiendo más compromisos", matizó el actual alcalde, Antoni Noguera. Respecto a si pactaría con El Pi, el candidato de Més reconoció que podría haber "algunos puntos en común", pero descartó un acuerdo con esta formación debido a las diferencias de criterio "en un tema tan sensible como el alquiler turístico", ya que Melià es partidario de levantar la prohibición total y Més de extenderla.

José Hila invitó a los presentes a elegir entre el bloque de izquierdas o la "Palma de derechas que nos quiere devolver al blanco y negro".

Por su parte, Alberto Jarabo destacó el hecho de que diferentes partidos de la izquierda hayan sido capaces de llegar "a un entendimiento", por lo que dejó claro que quiere repetir con sus socios de gobierno, sobre todo ante las "amenazas" que en su opinión representan PP y Vox.

El exalcalde de Palma entre 2011 y 2015, Mateo Isern, rehusó hablar de pactos y optó por recordar que "históricamente, el PP siempre ha tenido una mayoría clara". Ante las risas que su afirmación provocó entre un sector del público, el candidato conminó a los presentes "a esperar al 26 de mayo y después se ríen".

La candidata de Ciudadanos marcó las "líneas rojas" con PSOE, Més y Podemos, partidos a los que acusó de no respetar su programa, pero dejó la puerta abierta a un entendimiento con El Pi, PP y Vox. "Nos mantenemos en el centro y no nos vamos a mover", sentenció.

También Josep Melià puso distancias y recordó que su partido no forma parte de ninguno de los bloques, ni es afín a la "extrema derecha ni a la extrema izquierda", posiciones que personalizó en Vox y Podemos.

Ante las alusiones, el general Fulgencio Coll, que había invitado anteriormente a todos los partidos a sumarse a "un cambio" para conseguir una "Palma más limpia, más bonita y más segura y dentro de una España más unida", preguntó: "¿Dónde está la academia que reparte los certificados de extrema derecha o de extrema izquierda?".

Ataques mutuos

Los reproches del PP y Ciudadanos hacia el tripartito fueron constantes durante el debate, en materia de vivienda, por la gestión urbanística, por proyectos anunciados que no se han llevado a cabo... Ataques que eran respondidos por Hila, Noguera y Jarabo aludiendo a los desahucios paralizados o a los solares cedidos para VPO en los últimos cuatro años.

Las diferencias entre la izquierda y la derecha quedaron más que patentes al tocar la cuestión de sa Feixina, que el pacto en Cort ha querido derribar en esta legislatura, planes frustrados a la espera de una decisión judicial determinante.

Ante la pregunta de si mantendrían o eliminarían este monolito en homenaje al crucero Baleares,para que quede protegido. En materia de cultura, el candidato del PP también se comprometió a crear un patronato para diseñar proyectos y a recuperar "el binomio Palma-Miró". De nuevo, los reproches y las reacciones del público interrumpieron el debate cuando Isern dijo que "la izquierda confunde la cultura con catalanizar".

También el candidato de Vox se mostró a favor de la conservación de sa Feixina y aseguró que en torno a la memoria histórica "se ha buscado la polémica".

Melià se decantó por mantener el cuestionado obelisco, atendiendo a los criterios de los expertos en Patrimonio, justificó.

Sobre esta cuestión no se pronunció Eva Pomar, que desvió su respuesta a otras iniciativas relacionadas con la cultura, su defensa de la libertad de elección de lengua y unos "Premios Ciudad de Palma en castellano y catalán".

Noguera aprovechó este bloque de intervenciones sobre cultura y memoria histórica para recordar los diferentes proyectos previstos en esta legislatura, como la caja de música en Nou Llevant, la rehabilitación de la antigua prisión para darle un uso cultural, la recuperación de las Torres del Temple... En cuanto a memoria histórica, "uno de los momentos más emotivos de esta legislatura ha sido poder enterrar al hermano de Aurora Picornell", añadió.

José Hila volvió a plantear un dilema al público asistente. "El 26 de mayo tenemos que elegir entre un modelo educativo de derechos o un modelo educativo de derechas".

La limpieza y el medio ambiente habían centrado el inicio del debate, en el que PP, Cs y Vox recriminaron reiteradamente el actual estado de la ciudad. También los partidos del pacto admitieron que eran necesarias mejoras.

Mientras Hila y Noguera defendían el esfuerzo inversor que se había hecho en Emaya en esta legislatura, con la compra de nueva maquinaria y logrando un aumento del reciclaje, el resto de candidatos coincidieron en afirmar que era necesaria una reorganización de la empresa municipal y en que Palma no había mejorado su mantenimiento.

"Por mucho que se invierta, nunca es suficiente", reconoció sobre la limpieza el actual alcalde, Antoni Noguera.

Por su parte, Hila prometió la contratación de cien policías para hacer cumplir la normativa, promesa que después repitió al hablar de seguridad ciudadana.

"Todos somos conscientes de que la ciudad podría estar más limpia", mencionó Jarabo.

El candidato del PP provocó las risas de un sector del auditorio al afirmar que "el único bosque urbano" que había visto en Palma "está en las aceras", en referencia a los hierbajos.

Fulgencio Coll apostó por volver a una limpieza tradicional por sectores y el candidato de El Pi prometió recuperar la recogida de trastos a domicilio y crear una brigada contra los grafitis.