01 La derecha no puede ganar sin El Pi

Un enunciado que puede modificarse en "La derecha (con PP o Ciudadanos al frente) solo alcanzará el Govern en un cuatripartito". Este mandamiento no precisa del apoyo de ninguna encuesta esclarecedora, pero el barómetro del CIS refuerza el mandamiento al asignar indirectamente probabilidades a las diferentes estructuras del próximo ejecutivo autonómico. La continuidad del Pacto de Progreso en su formato actual se sitúa en un 70 por ciento, tirando por bajo. Una coalición de PSOE, Podemos, Més y El Pi se centra en el quince por ciento. El abigarrado Vox, PP, Ciudadanos y El Pi se reduce a otro quince por ciento. Un tripartito de Vox, PP y Ciudadanos tiene un margen de materialización del cero por ciento.

02 Las elecciones se deciden en el caos ibicenco

El secreto mejor guardado de las autonómicas es que se analizan exclusivamente desde la óptica de Mallorca (33 diputados), cuando en realidad se deciden en Eivissa y Menorca, con trece escaños por isla. (El segundo secreto mejor guardado es que el voto de un ibicenco o menorquín vale por el de cuatro mallorquines). La derecha sobrepujó a las islas menores pensando que nunca la traicionarían, pero fueron las primeras en virar a la izquierda. Con el corrimiento al rojo de Menorca en las generales, la última esperanza del PP se concentra en el feudo ibicenco.

03 Cuidado con obtener demasiados diputados

Se podría llamar el Mandamiento UM, si estas siglas no fueran innombrables. También se resume en el eslogan "no muerdas más de lo que puedas masticar".

Més y Podemos obtuvieron cifras espectaculares en 2015, que regalaron al PSOE a bajo precio, y después sufrieron el castigo de un frente demasiado extendido con abandonos y dimisiones. Basta comparar con la solidez mostrada por El Pi con tres escuetos diputados, que no merman su capacidad de maniobra negociadora. En la misma línea, el PSOE ha resistido con los peores datos autonómicos de su historia, que permiten controlar los escándalos en el seno de la organización.

04 Un candidato puede perder unas elecciones, pero no puede ganarlas

De nuevo, el riesgo de la sobreactuación. El candidato no suma, pero resta, especialmente en campaña. Por eso es significativo que se indique "votaré a Yllanes" en lugar de "votaré a Podemos", en la lucha por los restos de la Ley d'Hondt. El éxito de Armengol como cabeza de lista se debe a la habilidad de difuminar su perfil mientra acentúa su presencia. La presidenta no ha de ser dominante, ha de ser evidente. De ahí la aventurada premisa de que Biel Company mejora la imagen del PP, plasmada en la supresión del símbolo del partido de los carteles.

05 El PP nunca ha sido segundo en unas autonómicas

Hasta los mandamientos son vulnerables, aunque se necesiten 36 años para perforarlos. Desde los 298 votos de ventaja de Gabriel Cañellas sobre Félix Pons en 1983, la tendencia favorable a los populares no se ha invertido jamás. Tampoco imaginaba nadie que el PP fuera cuarto en unas generales, pese a lo cual se le sigue dispensando más atención que a sus vencedores. El CIS ofrece un rayo de esperanza a la derecha tradicional, si bajar de los 35 de José Ramón Bauzá a los quince vaticinados puede considerarse así. El maquillaje del descalabro puede deberse a que partidos como Vox o Ciudadanos son refractarios a las generales (pero véase el mandamiento número nueve).

06 Las generales no definen las autonómicas

Los politólogos de cabecera informan de que las generales provocan un efecto de arrastre, al estilo del Macron presidente que a continuación vence imperial en las legislativas.

Y los mismos expertos recuerdan las parlamentarias y municipales celebradas con un mes de diferencia en 1979, donde UCD y PSOE se repartieron los triunfos. También se baraja un desfondamiento de Vox, aunque todo los institutos demoscópicos reconocen que no saben medir al partido de ultraderecha moderada. Ante tamaño trasiego, es preferible afrontar las autonómicas como si el 28A no hubiera tenido lugar.

07 Hay que derrotar a los socios sin humillarlos

Las campañas electorales consisten en movilizar a los propios sin asustar a los ajenos. De no cumplir con este mandamiento, el titular del lunes 27 de mayo podría enunciarse "La primera victoria con derrota de Armengol". Los pronósticos de las encuestas distancian al PSOE de sus acompañantes de Més y Podemos, un resultado que desactivaría un posible motín de Yllanes o Ensenyat, disputándole la presidencia del Govern a los socialistas. Si consigue encabezar la lista más votada por primera vez en su carrera, Armengol tendrá que hacer hueco a más socios en sus conselleries.

08 Por primera vez hay siete partidos que no se conforman con cinco diputados

Nadie esbozará una sonrisa si se anota aquí que PSOE, PP, Ciudadanos, Podemos, Més, El Pi y Vox obtendrán cinco diputados o más el 26M. Y la mayoría de las formaciones citadas pueden reivindicar la frontera de los diez diputados. No ha ocurrido jamás, tradicionalmente solo dos partidos superaban el repóker. En 2011 se recibían con asombro los cinco diputados del PSM, que hoy apuntarían a un resultado insuficiente. El mercado electoral ha multiplicado la oferta de sabores y colores, para desquiciar a los adivinos.

09 Ganar el Govern no implica conquistar Palma

La capital no tiene nada que ver con Mallorca, es una realidad autista. Armengol puede obtener la victoria que presagia el CIS y perder el gobierno de Cort, a manos de la quiniela conservadora 6-5-4. El problema radica en asignar esas tres cifras. A Mateo Isern no le conviene menospreciar el impresionante comportamiento de Ciudadanos en las generales, arrollando al PP en las barriadas con un voto muy deliberado. El general Fulgencio Coll es el favorito para quienes piensan que Palma tiene tres mil habitantes en lugar de 400 mil.

10 Los demás candidatos son más impotantes que el tuyo

Sin duda, el mandamiento más difícil de acatar por los jefes de filas con ego. El diabólico Steve Bannon, creador del presidente Trump, asumió los mandos de su candidatura al grito de que "si hacemos la campaña sobre Hillary Clinton y no sobre Trump, ganaremos. Si la campaña es sobre Trump, perderemos". Y así fue. En la versión provinciana, el PSOE mima a un reformado Biel Company, con el mismo énfasis que puso hace cuatro años en salvaguardar la candidatura de José Ramón Bauzá, evitando incluso recurrir la sentencia favorable a la farmacia del boticario ausente.

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