La ciudad de Inca afronta un periodo electoral apasionante en el que la correlación de fuerzas políticas que se presentan dibuja un escenario incierto en el que solo podría afirmarse con certeza que no se producirán mayorías absolutas y, en consecuencia, la gobernabilidad municipal dependerá de pactos.
Por ahora, es una incógnita si los partidos que han gobernado esta última legislatura (PSOE, Més, Independents y El Pi) apartando al PP de un poder que mantenía desde hacía veinte años seguidos volverán a reeditar un pacto que, en algunos momentos, se ha tambaleado por el choque de intereses entre los partidos participantes, acentuado a medida que se aproximaba el fin del mandato.
En la otra cara del espectro ideológico se sitúa una derecha que este año acude a los comicios más fragmentada que nunca, con un PP que observa, alarmado, como formaciones inéditas hasta la fecha en el escenario municipal como Ciudadanos y Vox le han comido casi todo el terreno en las pasadas elecciones municipales. Los populares, que este año estrenan un candidato prácticamente desconocido en el ambiente político 'inquer', Félix Sánchez, quedaron por detrás del partido naranja y solo superaron en 56 votos a la formación ultraderechista, que en las municipales presenta como candidato a Xisco Pol. Un panorama nada alentador para un partido, el PP, que hasta la fecha monopolizaba el voto local de derechas pero que ha ido perdiendo fuerza desde que Pere Rotger cedió el control a Rafel Torres. Ciudadanos, por su parte, ha depositado su confianza en el joven Andrés Sánchez en su primera experiencia política.
El socialista Virgilio Moreno, alcalde durante toda la legislatura, tampoco las tiene todas consigo con Unidas Podemos, coalición que en las generales, a pesar de quedar lejos de los socialistas, obtuvo la nada desdeñable cifra de 2.285 votos, si bien es cierto que se benefició del llamado voto útil por parte de votantes habituales de Més que en las municipales volverán a depositar su confianza en los ecosoberanistas liderados en esta ocasión por Alice Weber, una candidata novel que ha acumulado cuatro años de experiencia en la gestión municipal y ya no es una desconocida por el electorado. Unidas Podemos presenta como candidata a Isabel Vallés, que en 2015 estuvo a las puertas de obtener representación con Guanyem.
Los Independents d'Inca volverán a ser representados por el incombustible Angel Garcia, uno de los políticos más veteranos de la isla en el ámbito municipal, que conserva un electorado fiel que podría volver a colocarle en la sala de plenos, tal vez con alguna llave de la gobernabilidad bajo el brazo.
En una tesitura similar se ubica El Pi de Gori Ferrà, partido que aspira a ser decisivo a la hora de decantar el equipo de gobierno hacia un color u otro. De momento, ya ha avisado que solo pactará con los partidos que garanticen la construcción integral de la Ronda Nord, un proyecto viario que no acaba de materializarse después de años de proyectos y contraproyectos en función del color del equipo de gobierno de turno.
Sin duda, la ronda será un arma arrojadiza que se lanzarán los diferentes candidatos durante la apasionante campaña electoral que viene.
