Alfonso Rodríguez Badal fue ayer el más felicitado de Calvià. Este profesor de Lengua y Literatura en el instituto de Calvià, que está a punto de cumplir 51 años y que vive en El Toro, recibió una avalancha de mensajes de apoyo en Facebook. "No he tenido ni tiempo de leerlos todos. Y tengo, además, unos 300 WhatsApps por contestar y 27 mensajes de texto", contaba ayer por la mañana. Ya ha tenido tiempo para cruzar las primeras impresiones con los otros candidatos, incluido José Manuel Ruiz (PP), que, según contó Rodríguez Badal, fue "muy educado". Esta semana, mantendrá un ronda de reuniones con Sí Se Puede Calvià, Esquerra Oberta (la coalición de Més y Esquerra Unida) y Ciudadanos, a fin de explorar apoyos para su investidura.

-¿Le ha felicitado alguien del PP?

-Sí, el alcalde Manu Onieva. Y [José Manuel] Ruiz también, muy educado.

-¿Y ha tenido tiempo para hablar con los otros candidatos?

-Sí. Esta semana tenemos que sentarnos y empezar a charlar. Calvià ha pedido un cambio. Y un cambio pilotado por el PSOE, el partido más votado en las elecciones del domingo.

-¿Las negociaciones con los otros partidos girarán en torno a coaliciones de gobierno estables o bien apoyos puntuales durante la legislatura?

-De momento, no hemos reflexionado sobre ello. Vamos [a estas reuniones] sin ningún prejuicio, abiertamente. Veremos la receptividad que hay.

-¿Cuáles son los principios de su programa que considera irrenunciables para negociar?

-En los que hemos incidido siempre. Son tres líneas básicas. En primer lugar, nuestro proyecto turístico, fundamental para crear más empleo. En segundo lugar, la recuperación de políticas sociales de atención. Y, en tercero, introducir más participación en los plenos y en las decisiones municipales, como los presupuestos participados.

-En principio, ¿sale usted a negociar con alguna preferencia?

-No, no, aunque está claro que con el PP no podríamos pactar nunca.

-¿Supone algún problema para ustedes que el número dos de Esquerra Oberta sea su tocayo Alfonso Rodríguez Sánchez, que abandonó hace unos años el PSOE de Calvià y no del todo bien?

-En absoluto. Todo el mundo puede tener su trayectoria política. Es respetable que lo haga. Y eso no supondrá por supuesto ninguna traba. No estamos enfrentados.

-¿El hecho de que Margarita Nájera sea parte del PSOE de Calvià y su hija, Ainhoa Barajas, esté integrada en el equipo de Sí Se Puede Calvià, aunque no va en listas, propiciará que el acuerdo sea más fácil entre ambos partidos?

-Es algo indiferente. Ainhoa nunca ha sido militante del PSOE. Ella tiene sus opciones políticas. Y Margarita es una militante de nuestro partido que nos ha ayudado en el programa de turismo, al igual que nos han ayudado otros compañeros.

-Tengo entendido que el cabeza de lista de Sí Se Puede Calvià, Israel Molina, fue alumno suyo en el instituto.

-Sí, fue alumno mío. Como tantos otros.

-Han ganado las elecciones, pero han perdido un concejal. Ahora, se quedan con 10 ediles.

-Hemos ganado unos 150 votos respecto a 2011. Y no hay que olvidar que hemos crecido en un momento en que entran cuatro concejales de partidos de izquierdas en el Ayuntamiento, y esto es un éxito.

-¿Tiene en su cabeza algún escenario político de Calvià en el que usted no sea el alcalde durante los próximos cuatro años?

-Sinceramente, no. De verdad, no veo la posibilidad de que el PP, que es la segunda fuerza más votada, pueda llegar a acuerdos con alguno de los partidos de izquierdas.

-¿Se marca plazos para llegar a acuerdos para la investidura?

-Esta semana, empezaremos con las reuniones. Ahora, lo que hay que hacer es refrescarse un poco, tranquilizarse después de lo de ayer [por anteayer], y ver cómo van las conversaciones.

-A la nueva administración le espera una 'patata caliente': la aplicación de las nuevas ordenanzas para combatir los excesos de Magaluf.

-Repito lo que he dicho siempre. Yo creo que estas medidas nos pueden ayudar, pero no son la solución definitiva.