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Análisis

Se quedaron sin sonrisa

Por ti me quedé como Mona Lisa, sin llanto y sin sonrisa, cantaba Shakira. Y parece que lo mismo le ha pasado a Pablo Iglesias y a su gente en Balears. Podemos llevaba años creciendo exponencialmente elecciones tras elecciones, y en esta ocasión, con la confluencia de Izquierda Unida y Més, se esperaban un nuevo salto adelante, e incluso superar al monólitico PP y liderar un futuro gobierno de izquierdas con el PSOE de comparsa. Pero entonces llega la realidad y te pone en tu sitio. Los resultados son prácticamente iguales a los de hace seis meses, solo que entonces sabían a gloria y ahora tienen un regusto amargo, a quiero y no puedo, a la sensación de haber tocado techo. Y eso con el agravante de que el PP, el que veían como el enemigo a batir, sale reforzado como inequívoco ganador de los comicios. El primer golpe es el más difícil de encajar. Habrá que ver cómo reaccionan los podemitas frente a este revés para calibrar si pueden seguir siendo vistos como una opción de futuro o se marchitan como flor de un día.

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