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La Prórroga

Mallorca no jugó en el debate

Mallorca no jugó en el debate

Otro excelente síntoma de la recuperación de la identidad de Mallorca es su ausencia en el debate a cuatro, si se incluye misericordiosamente a Rajoy, celebrado el lunes en Madrid. Quienes consideren que la pretensión de alguna alusión suena jactanciosa y pueblerina, también podrían prescindir de los 800 millones que recaudarán este año a través del Fondo de Suficiencia Global y del Fondo de Garantía. Balears es la única comunidad que contribuye a ambos apartados, y demos gracias de que no existan otros métodos de exacción a las regiones donde más se trabaja.

Estamos hablando de una aportación a fondo perdido de 3.200 euros por familia, que merecerían cuando menos la proverbial palmada en el lomo. Al contrario. Entre las nimiedades desterradas del debate figuraba la financiación autonómica. Eso sí, Rajoy empleó el turismo durante su minuto de oro, con el aroma casposo de los tiempos de Torremolinos Gran Hotel. "Somos un país que recibe 70 millones de turistas al año, y por algo vendrán. Vienen por la seguridad y los servicios públicos". Desde luego, no vienen atraídos por la efigie del presidente del Gobierno.

"Por algo vendrán". Pese a la certidumbre de Rajoy, las causas del flujo turístico distan de haber sido esclarecidas. Por la parte que le toca, puede asegurarse que ningún viajero llega a Ibiza pensando en que pisa suelo español. Es posible incluso que esta filiación inevitable disuadiera a los partidarios del Brexit. Al fin y al cabo, las presuntas ventajas de los países latinos sustentan la ruptura de Gran Bretaña con la Unión Europea. Los turistas tampoco han mostrado una sensibilidad especial hacia el PP. Siguieron migrando en masa con el 15M, no llevan trazas de frenar en las dos temporadas transcurridas ya desde que Podemos se adentró en las instituciones locales.

Mallorca y Rajoy no intervinieron en el debate. Al igual que sus predecesores, el presidente en funciones habla del turismo como un fenómeno que no entiende. Peor, que no acepta. Uno de cada cuatro de sus "70 millones de turistas" desgasta Balears, que solo ocupa una centésima parte de España. Ni un reconocimiento a esta ganadería intensiva. Frente a la absorción del líder del PP en un sector clásico, Pablo Iglesias se centró en una industria contemporánea, la corrupción. Aquí era probable que aflorara la estampa pinturera de Jaume Matas, y así ocurrió. A los cuatro candidatos les preocupa Andalucía por los EREs, y Cataluña por la separación. No advierten un solo rasgo positivo en las autonomías. Suerte de España, que impide las veleidades de los levantiscos territorios españoles.

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