­El PSOE balear no se siente responsable del batacazo electoral del domingo, que atribuye al voto en clave estatal y a la erosión que le ha causado Podemos. No obstante, algunos dirigentes y voces de peso de la formación apuntan la necesidad de una mayor autocrítica y urgen a virar la estrategia y hacer un cambio de caras en la primera línea, para tratar de taponar la sangría.

La marca socialista ha sufrido en las islas un fuerte castigo. Podemos le adelanta por la izquierda, y se convierte en la segunda fuerza detrás del PP. El PSOE pierde casi 38.000 votos respecto a las generales de hace cuatro años, en las que por otra parte ya empezó su caída en picado. Desde el año 2008, en las Illes Balears los socialistas han dejado por el camino más de 121.000 de votos.

Los podemistas le sacan 23.000 votos al PSOE en el archipiélago, un sorpasso que ahora, una vez pasada la resaca electoral, algunos socialistas destacados reconocen que ya se vieron venir durante la pasada campaña. Entraba dentro de sus cálculos un empate con Podemos, que finalmente ha sido un adelantamiento en toda regla.

Otro candidato

Hay un sector del partido que asume sin ambajes -aunque pidiendo proteger el anonimato- que su candidato Ramon Socías no era un buen cartel electoral: "Nos equivocamos, habría valido más la pena buscar bien entre todos y poner a otro número uno, aunque hubiera sido menos conocido".

Desde la dirección se discrepa con esta postura y se considera que cualquier otro candidato hubiera restado el mismo porcentaje de voto. "En un partido como el nuestro, en unas generales el candidato autonómico no pone ni quita nada, su influencia -tanto para bien como para mal-, es prácticamente imperceptible; la gente tiene en mente al candidato de Madrid, Pedro [Sánchez] en este caso, y nos vota o nos deja de votar por este y otros factores", reflexiona un dirigente.

El aparato insiste en que estos comicios se decidían exclusivamente en función de la coyuntura política de Madrid, "y nosotros éramos el objetivo de todos, no solo de Podemos", remacha, de modo que aquí el margen de maniobra era más bien escaso, sostiene.

Ello no obstante, en el PSIB hay quien echa en falta que alguien entone un mea culpa general. "El partido está hecho unos zorros, no hay partido, solo hay algunas agrupaciones históricas que aguantan pero hace falta una renovación y más implantación territorial", opinan desde hace tiempo los críticos con Armengol.

Las caras de siempre

Un comentario repetido en estos primeros siete meses de legislatura es el mensaje negativo "de no tener gente" que lanza el PSOE al recurrir solo a veteranos para ocupar altos cargos: Xisco Antich, Joan March, Ramon Socías, Antoni Garcias, Ernest Ribalaiga, Antonio Diéguez...

Desde la cúpula se rebate este dardo recordando que Armengol ha puesto en primera línea a caras jóvenes como los consellers Iago Negueruela o Cati Cladera, dos nombres a los que les espera un largo recorrido.

En estos comicios los socialistas baleares han perdido un escaño, se quedan sin un solo senador -algo insólito en la historia democrática reciente- y pasan a ser la tercera fuerza política de la Comunidad. La debacle ha sido especialmente significativa en Menorca, donde el aparato sí reconoce tener "un problema importante" en cuanto a estructura de partido. En la isla vecina los 11.906 votos de 2011 (el 30,72%) se han quedado ahora en 7.400 (17,50%). En Eivissa, de 16.086 sufragios (el 34,75%) obtenidos hace cuatro años se ha pasado en esta ocasión a 11.145 (el 21%).

En Mallorca la bajada de apoyos ha sido de 27.919 sufragios. En el año 2011 el PSOE logró 97.120 votos (el 27,79%), que se han quedado ahora en 69.201 (el 18%).

Los resultados del domingo dejan un mapa en la isla con una escasa implantación socialista, en comparación con otras épocas: en 43 de los 54 municipios la siglas PSOE no alcanzan el 20% del voto. Solo en Lloseta, Capdepera y Son Servera se supera el 25%.

En Palma, la pérdida de sufragios respecto a las generales de 2011 es de 13.826. En Marratxí y Manacor el partido de Armengol pierde 1.244 y 1.084 votos; en Calvià y Llucmajor la debacle casi llega al millar.

Aunque nadie discute que estos comicios no se decidían en Balears, frente a los inmovilistas empieza a haber gente que insta a adoptar alguna medida para remontar en clave local. En el aparato afirman no desoír estas posiciones, pero a la vez emplazan a "no autoflagelarse". Recalcan ante todo que el PSOE está gobernando la Comunidad gracias precisamente a la estrategia liderada por Armengol. También apelan a compararse con el PP balear, "el auténtico perdedor" el 20-D. Los populares han retrocedido en 76.000 votos y dos escaños, "eso sí es una derrota", enfatizan los socialistas.