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Sobre ascuas

No volverá a verlos en cuatro años

No volverá a verlos en cuatro años

Aproveche la oportunidad de efectuar una reclamación de cierre de campaña a los candidatos, porque no volverá a verlos en cuatro años. En las últimas décadas, por las calles de Palma hay más avistamientos de myotragus que de diputados a Cortes, pese a que en Madrid cumplimentan una semana caribeña de tres días. Los parlamentarios reaparecen una vez cobrado su cuatrienio, presumiendo de que han llevado a la capital a los clubes de tiro pichón con sus reivindicaciones seculares. Pretenden ser reelegidos por el mismo procedimiento, a cambio de la promesa de volver a esfumarse otros cuatro años. Y así sucesivamente.

La legislatura será corta y se hará más corta todavía, pero los diputados provinciales son engullidos por el vórtice madrileño, que domesticaba incluso a los enviados de Esquerra Republicana al Congreso y los dejaba inservibles para el independentismo. En el aplanamiento electoral anunciado por las encuestas, hasta cuatro números uno de las listas que ayer despidieron la campaña en Mallorca tienen garantizado un escaño. Més aspira a concretarlo por los pelos. En unas generales, PI son solo las iniciales de Pablo Iglesias. Frente a la diseminación de actas entre líderes locales, ningún número tres parte con la plaza adquirida, cuando hasta el cuatro y cinco del bipartidismo se asomaban a las urnas con aspiraciones a un contrato.

La campaña acaba con los candidatos, bastante después de que los candidatos hayan acabado con la campaña. Han conocido sus quince días de gloria, la mayoría con pasión y Mateo Isern tomándose los descansos reglamentarios, según un PP que controla menos de lo que piensa. Ramon Socias se liberará de la pesadilla de una plaza en un centro de salud con horario de mañana, tarde y noche. El exalcalde de Palma le recriminó al doctor socialista, tras el debate en IB3, que le hubiera afeado en pantalla su sonrojante torsión de la ley para saltarse la sentencia del Supremo contra el edificio del pisito millonario de Bauzá. "De ti no me lo esperaba", reprochó el Isern imperturbable en público. Bienvenido a la nueva política, con latiguillos del PP de toda la vida.

Los candidatos solo interesan en campaña, son entregados al desguace antes de empezar a votar en el Congreso por obediencia debida, salvo que la nueva política altere las rutinas enquistadas. En el último balance antes de su extinción, Ciudadanos y PSOE no han recurrido a un exigente casting y se han presentado a las elecciones con chándal. Las apuestas más radicales corresponden precisamente a Podemos con el juez Yllanes y al PP con Isern. El primero de ellos es el aspirante que más ha sacrificado por su candidatura, y apunta lógicamente a entrar en la cúpula estatal de su partido. Siempre que obtenga dos escaños por Balears.

No descartemos el peligro de caricaturizar en exceso a candidatos que representan en todos los sentidos una cata de la sociedad mallorquina. Si quiere efectuar su propia valoración, pregúntese cuál de ellos puede llegar a ministro en la próxima legislatura. Quizás es preferible no responder a este interrogante.

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