Tocaba conmemorar el 37 aniversario de la Constitución y como es tradición se celebró con un solemne acto en La Almudaina, aunque en plena campaña electoral, todos aprovecharon la jornada para dar su visión de partido sobre qué hacer con la Carta Magna: ¿la dejamos como está o la cambiamos?

La presidenta Francina Armengol repitió en su discurso en el palacio lo que el día antes había proclamado Pedro Sánchez en su mitin de Inca: es necesario cambiar la Constitución para adaptarla a los tiempos actuales y avanzar hacia un estado federal en el que la "financiación justa" para comunidades como Balears quedaría blindada. La delegada de Gobierno, Teresa Palmer, rechazó una modificación "radical" para ceder a las presiones de quien pide esos cambios "por intereses partidistas o personalistas". En su opinión, solo cabría una actualización si hay "consenso mayoritario".

El acto comenzó con la tradicional lectura de artículos por parte de representantes de la sociedad balear. Ese año, los seleccioandos fueron Miguel Félix Chicón, José Manuel Rodríguez, Melani Omar, José Francisco Domingo, Gillian Margaret Brion, José Vicente Fernández y Antonio Ortiz.

A continuación, Teresa Palmer tomó la palabra. Hablando del proceso independentista catalán pero sin mencionarlo, Palmer subrayó que "las leyes están para cumplirse y no para acogerse a ellas según nos convenga o para obviarlas en aras de fabulaciones o reconstrucciones tergiversadas de nuestra historia o, simplemente, rechazarlas con el objetivo individualista de mantenerse en el poder aunque la sociedad se pronuncie de forma contraria o no le haya dado el respaldo mayoritario".

"Lo que nos une"

Hizo alusión a la variedad de España, asegurando que la democracia actual protege las tradiciones de cada comunidad autónoma y "lo que nos une y lo que nos diferencia". Insistió en que la unidad es "la voluntad popular de la mayoría de los españoles" así como el objetivo original de la Unión Europea, de la que "nadie quiere quedar fuera" y en la que no caben "las aventuras solitarias".

La delegada se planteó "qué motivos, si no son personales, partidistas o inexplicables pueden llevar a algunos a apostar por la división" y criticó que no se ha clarificado por qué se supone que es necesario cambiar una Constitución cuyos preceptos siguen "totalmente vigentes". Palmer señaló que en el caso de querer actualizar el texto se ha de contar con "el consenso mayoritario de la sociedad".

Para finalizar, destacó el valor de la Constitución como instrumento para "desterrar los comportamientos reprochables, corruptos"; garantizó que éstos acaban pagando por sus "malas artes" y quiso concluir aclarando: "La inmensa mayoría de los políticos somos honestos".

Armengol se puso frente al atril justo después para defender precisalmente la necesidad de "adaptar" el texto a los nuevos tiempos y vertebrar una España federal que acabe con "los agravios comparativos entre regiones". Consideró que "la situación política de Cataluña ha convertido esta necesidad en urgencia".

La socialista apuntó que la mitad de la población -ella incluida- que no pudo votar ese texto "ahora reclama ese espacio". Razonó que la España actual "poco tiene que ver" con la de 1978 ya que ahora vivimos "en una sociedad descentralizada, en la UE y con unas tecnologías que han cambiado la forma de entender el mundo".

La presidenta del Govern habló de una "fractura territorial" que hace "indispensable" esta reforma ante la situación de callejón sin salida a la que se ha llegado en Cataluña por dos actitudes: la de los que no respetan la ley y la de los que ignoran "las reivindicaciones justas". Por eso, esta modificación debería "querer a las lenguas oficiales", respetar la pluralidad y blindar los derechos de los ciudadanos vivan donde vivan", ademas de fijar un marco de financiación de los territorios que impida que "quien más aporte quede en peor posición relativa que el que más recibe".

Por ello, solicitó ir hacia un estado federal que "clarifique las reglas del juego para todos". Ve necesario rebajar "las tensiones y el sentimiento de maltrato" que a su entender sufren especialmente Valencia, Cataluña y Balears. También señaló como "urgente" reformar el Senado para "convertirlo en una verdadera cámara territorial".

Las reacciones a los dos discursos no se hicieron esperar. Desde el PI, Jaume Font criticó tanto uno como el otro. El de Palmer, "por ser demasiado inmovilista". El de Armengol, "por ser demasiado radical". Su apuesta es hacer modificaciones a base de consensos y siempre en base a posiciones mayoritarias de la sociedad.

El PP emitió un comunicado horas después de haber finalizado el acto para criticar las palabras de Armengol, al apreciar "sesgo partidista" y mezcla de "lo institucional con lo político". Según Marga Prohens, incurrió en "una utilización sectaria de su responsabilidad como presidenta de todos los ciudadanos de Balears".

Los representantes de Més no estuvieron en La Almudaina sino en El Molinar, en un acto de campaña con Toni Verger, al considerar que ayer "no había nada que celebrar" ya que la Constitución hoy no garantiza la igualdad de oportunidades entre ciudadanos y exige un cambio "desde abajo".

Alberto Jarabo y Xelo Huertas, de Podemos, sí acudieron a La Almudaina, pese a que a esa misma hora Juan Pedro Yllanes hacía campaña en la calle para reclamar "una nueva Constitución".

Desde Ciudadanos, Fernando Navarro abogó por "buscar un consenso para hacer algunas modificaciones a la Carta Magna" pero sin olvidar dónde hemos llegado gracias a ella.