No digo que los candidatos relaten en las entrevistas electorales nada más que lo que les han sugerido los asesores y los argumentarios de sus partidos. ¿Habrán preparado incluso esas respuestas muy personales en las que se trata de descifrar el lado más humano de los carteles que cuelgan en las farolas? Quizás. Algunas me han tocado la fibra. Jaume Font (El Pi) mencionó como canción favorita aquella que sonaba cuando bailé por primera vez con mi primer novio, ay. José Ramón Bauzá (Cs) no recuerda haber leído un libro en los últimos años, solo informes, algo que explica muchas cosas. El candidato de Vox a Cort Fulgencio Coll se hace la cama nada más levantarse. Su contrincante Josep Melià (El Pi) mira en la tele Bob Esponja, personaje que me provoca urticaria por sobredosis. Antoni Noguera (Més) y Juan Pedro Yllanes (Podemos) apuntan como serie favorita The Big Bang Theory. ¿Se han aprendido los candidatos cuatro detalles básicos de la vida cotidiana, como el precio del pan o de una entrada de cine para no quedar como unos elitistas ajenos a la realidad social ante los electores si les preguntan?

Si usted defiende la educación pública no busque el programa del partido o los grandes titulares. Mire las elecciones particulares de cada cabeza de lista, que una cosa es predicar y otra dar trigo. Marc Pérez-Ribas (Cs) es usuario de la pública, como Catalina Cladera (PSOE), Pedro Bestard (Vox) y Alberto Jarabo (Podemos), ergo podemos presumir que se juegan algo importante en su excelencia. Digan lo que digan sus siglas, han elegido la concertada para su prole Bel Busquets (Més), José Hila (PSOE) y Jorge Campos (Vox). Mateo Isern (PP) usó privada y concertada, mientras que su contrincante de Cs Eva Pomar se decanta directamente por la privada.

Un criterio semejante puede servir para valorar la defensa que cada candidato hará de la sanidad pública: ¿le va algo en esa feria? La ausencia de seguro médico privado une de nuevo a personas tan ideológicamente distantes como la socialista Catalina Cladera y Pedro Bestard de Vox. No se encontarán en las listas de espera a sus oponentes Bel Busquets, Aurora Ribot (Podemos), Xisca Mora (El Pi) y Beatriz Camiña (Cs), que sí disfrutan de atención privada. Los candidatos a las europeas pueden discrepar en otros asuntos, pero Rosa Estaràs (PP), Alicia Homs (PSOE) y José Ramón Bauzá prefieren la sanidad privada para su propia salud. Francina Armengol y Biel Company (PP) no se parecen casi nada, según han dejado entrever los debates y los cara a caras, pero ambos coinciden en disponer del recurso a la sanidad privada.

Algo más difícil resulta determinar el nivel de implicación de los candidatos con el transporte colectivo, pues sus respuestas tienden a la misma imprecisión que impregnan las propuestas sobre trambuses, tranvías y demás medios futuribles. Catalina Cladera usa "alguna vez" el tren a sa Pobla, Bel Busquets no lo usa demasiado, Aurora Ribot "siempre que puede", Francina Armengol cuando puede? Con más energía se declaran usuarios Miquel Ensenyat (Més), Xisca Mora, Beatriz Camiña y Pedro Bestard. Juan Pedro Yllanes lo emplea habitualmente, y en sus antípodas Fulgencio Coll admite que no lo tiene en cuenta como debería, algo que le une a Josep Melià (El Pi) y a Biel Company. Antoni Noguera declara que toma el bus y de vez en cuando un taxi. Nadie menciona el recurso del metro. La práctica totalidad posee coche.

Para redondear el análisis de las afinidades electivas, cabe reseñar cuánto dinero llevan los candidatos en el momento de hacer las entrevistas electorales. El bloque de la derecha en Cort muestra un bolsillo desigual, pues Fulgencio Coll atesora 170 euros, mientras que Eva Pomar y Mateu Isern declaran 20. En el otro lado, Antoni Noguera tiene en su cartera 50, Alberto Jarabo lo mismo y José Hila otros 20. Todos los aspirantes califican sus viviendas de "normales", y el bipartidismo resucita ante la pregunta de con quién nunca se tomarían un café. Ahí las respuestas se dividen casi con exactitud entre los que se sentarían con cualquiera, y los que jamás compartirían un momento con sus enemigos ideológicos.

A Fulgencio Coll no le gustó nada Overbooking, pero dice mucho de él que se animase a ver el fenómeno cinematográfico balear de los últimos meses. A José Hila no se le ocurre ningún personaje de ficción favorito, Rosa Estaràs no ve series de televisión. El héroe de Francina Armengol es Robin Hood. Precisamente hace un par de semanas, Antoni Noguera comenzaba su campaña declarando ser el Robin Hood de Palma.