Es la generación olvidada por la política. "Demográficamente, no representamos mucho", opina Olga Bosqued, estudiante de Filosofía, 20 años. Visualmente, se aprecia indiferencia hacia la UIB: apenas hay carteles o pasquines publicitarios. En la carretera de entrada, ondea una pancarta de Unidas Podemos. Y algún póster de Més per Mallorca atavía las calles del campus. Poco más.

En las facultades, se habla de política, "pero no tanto como pensaba", confiesa Addaia Abril, quien se enfrenta a sus primeras elecciones autonómicas y municipales. Ayer mismo hubo dos debates electorales en el campus, uno en el Mateu Orfila y otro en Son Lledó. "Yo esperaba más implicación de los alumnos de Filosofía", revela esta estudiante que ha mamado la política desde la cuna: es hija del exdiputado ecosoberanista David Abril y la regidora de Artà Aina Comas. "En las generales, iba a confiar en Podemos por aquello del voto útil contra el avance de la ultraderecha, pero al final opté por una formación de la isla: Més per Mallorca", confiesa. Repetirá partido el 26M en el Parlament y el Consell. "En las municipales votaré a Alternativa per Artà, voy en listas. Es una agrupación de electores como muchas de las que hay en los diferentes municipios". Addaia subraya que no es militante, "porque no me siento cómoda al cien por cien en ningún partido, una tendencia extendida entre la gente de mi edad", sostiene.

Maria Magdalena Sacarés es triplemente activista. Colabora con el Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans, en la comisión feminista universitaria y en la organización de la consulta monarquía-república. Asegura que en la universidad abundan los alumnos "que cumplen el modelo individualista-neoliberal: es decir, sólo piensan en sí mismos". "No quieren hablar de los problemas que hay en el departamento de Filosofía, dicen que no se quieren meter, una manera de invisibilizarlos", interviene Marc Simón, votante de Més en los próximos comicios. "Mis padres me han cerrado la puerta para hablar de política, pero a mí siempre me ha llamado la atención ayudar a la gente. Si tú no haces política, la política te la harán a ti", opina. "No soy un experto, pero me gusta hablar con gente que sabe más que yo, voy a debates y a manifestaciones y leo mucho sobre el tema en redes. Ahora tengo entre manos Más democracia y menos liberalismo de Ignacio Sánchez-Cuenca", detalla Simón.

A los estudiantes de Filosofía, la irrupción de la extrema derecha les preocupa. "Los conceptos básicos de la democracia se están pervirtiendo. Hay que regresar a ellos", comentan. "Es muy preocupante que al terminar la educación Secundaria los alumnos no sepan cómo funciona el sistema democrático. Es un temario que siempre se deja para el final y a veces ni se llega", lamentan. En las clases en el campus, debaten con el profesor Tomeu Sales acerca de los límites de la democracia, de Hannah Arendt, de Locke. Una excepción en la universidad.

Mientras unos tratan sobre el concepto "banalidad del mal" acuñado en Eichmann en Jerusalén, a pocas manzanas otros estudian las teorías económicas clásicas, "algunas muy de derechas", advierte Javier, estudiante de primero de Administración y Dirección de Empresas. De momento, no ha escuchado la palabra "precariedad" en clase. En el edificio Jovellanos, también facultad de Derecho, el paisaje es otro. "Aquí hay más camisa, traje, tacón y falda". "Yo creo que lo que estudias también influye en lo que votas", considera Javier. "En otras facultades son más de izquierdas, pero están pez en economía. Dicen, ¡que los ricos paguen más!, pero no saben las consecuencias que puede traer eso. Y que conste: no estoy a favor de la explotación". "Les veo muy activistas, pero poco prácticos". En las generales, "finalmente me abstuve", confiesa el estudiante. "Ningún partido me convence del todo, el que más era Ciudadanos por las medidas económicas y su ideología, pero al final no les di mi voto porque iban a pactar con PP y Vox", argumenta. "En las autonómicas aún no he decidido a qué siglas apoyaré. Creo que optaré por alguien que priorice el tema del Medio Ambiente", zanja. Sus compañeros de clase Lucía, Karen y Jaime Giménez también son votantes de Ciudadanos. Ante las autonómicas, alguno duda. "Como en los exámenes, me pondré la noche anterior a estudiarme los programas".

Andrea Morote también cursa ADE. El 8M fue la chispa que encendió su interés por la política. "Soy de izquierdas, voté a Podemos en las generales. En las autonómicas, apostaré por otro partido progresista. Aún no sé cuál". "No voté al PSOE porque pensé que iba a pactar con Ciudadanos", razona. Le acompaña Xavi Tomás, que se estrenó en las generales depositando en la urna la papeleta de Albert Rivera. "En éstas, creo que votaré al PP". Xavi confiesa que elige siglas conservadoras por influencia de sus padres. "A ellos les han perjudicado las leyes de este pacto en la isla. Son propietarios y tienen alquileres turísticos", comenta. "En esta facultad, hay gente que vota a Vox, conozco a unos cuantos. ¿No conoces a Patricia Guerrero? Estudia Derecho en este edificio y es la número 5 en las listas del partido de Abascal en Marratxí", señala.

En general, todos los estudiantes encuestados son muy activos en redes, su principal fuente de información. "Nos pasamos muchos memes sobre los políticos también". Incluso universitarios anónimos están tras la cuenta de Twitter Jovellarnia, con la siguiente descripción: "Frente a la dictadura catalanista de la UIB, escisión de las facultades del Jovellanos. #Jovellarnials NotUIB".