Entramos en la segunda y definitiva semana de campaña electoral con la sensación de que la suerte está echada, aunque todos se muestran comedidos en la expresión de la resignación y la euforia porque ni conviene ni se debe. Las distintas encuestas publicadas auguran la continuidad del pacto progresista y a la vez, un giro histórico. Por primera vez, los socialistas, liderados por Francina Armengol, podrían ser la fuerza más votada en Balears, destronando del primer puesto del podium a los hasta ahora imbatibles populares. Sin embargo, a estas alturas de la historia autonómica, todos hemos aprendido que siendo la fuerza más votada puedes perder el gobierno si no logras la mayoría absoluta y no eres capaz de sumar a otros grupos para superar la investidura, como le ocurrió a Matas y a Bauzá. También hemos visto que con los peores resultados de tu historia puedes instalarte en el Consolat si alcanzas acuerdos que te colocan por encima de la mitad más uno del hemiciclo, como le ha ocurrido a Armengol en esta legislatura que concluye. Si el 26M confirma lo que auguran los estudios demoscópicos, la izquierda tendrá la oportunidad de revalidar mandato y afrontar una segunda legislatura consecutiva, algo inédito hasta la fecha. Pero hasta ese 26M y esa apertura de urnas que nos permita pasar de las cábalas a las certezas, media esta larga semana que tenemos por delante con muchos nervios y una agenda repleta de actos. Tras la visita de hoy del podemita Pablo Iglesias, su segunda en poco tiempo, y de Baltasar Garzón (Actúa), se espera que recale de nuevo en Mallorca Pedro Sánchez. El miércoles llegará el acto central de Més y el jueves aterrizará Santiago Abascal, con ánimo de voxear entre banderas rojigualdas. Pablo Casado ha venido un par de veces y no parece que haya ganas locales de una tercera. De Rivera nada se sabe desde que presentó a Joan Mesquida como candidato al Congreso. En la recta final de campaña, unos temen que no les voten porque "total van a ganar" y otros porque "total van a perder". Que la movilización no decaiga.