En las elecciones de 1988 a la Casa Blanca, el candidato vicepresidencial Republicano y senador Danforth Quayle, se jactaba ante su homónimo Demócrata, Lloyd Bentsen:

—Tengo tanta experiencia como John Kennedy cuando se presentó a presidente.

—Senador, yo serví con John Kennedy. Yo conocí a John Kennedy. John Kennedy era mi amigo. Senador, usted no es John Kennedy.

Es improbable que el autor de la peor derrota del PP extraiga la moraleja pertinente de la fábula citada. Por tanto, hay que contrarrestar su esfuerzo por equipararse a la combatividad de Rafa Nadal:

—Diputado Casado, usted no es Rafa Nadal. Yo he visto a Rafa Nadal movilizando a miles de espectadores a cada encuentro, y a usted le esconde de los votantes su propio partido. Aunque Rafa Nadal le vote, usted no es Rafa Nadal.

El PP imperial organizaba mitines de cinco mil personas en Palma, su potencial de convocatoria se ha reducido a la centésima parte. La situación empeora cuando los estrategas de Casado le colocan como emblema el vibrante "Remontada". Escrita en castellano, fue la palabra en tipografía descomunal que coronaba la portada de Libération el 29 de abril, para acompañar la foto gigantesca de Pedro Sánchez que celebraba su victoria en las generales. Un copión.