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Análisis

Bauzá, una gran pérdida para la izquierda

Cañellas vuelve a ejercer como enterrador de sus sucesores y guardián de las esencias del PP mutilado por su actual president

Bauzá, una gran pérdida para la izquierda

El PP balear le ha aconsejado a Bauzá que consulte los horarios de vuelos a Washington. Allí huyó su precursor Jaume Matas tras la penúltima supresión de un Govern de derechas, para convivir con Rodrigo Rato y Cristina de Borbón. El president que el domingo alardeaba de quedarse "a las duras y a las maduras", solo dos días después pacta una dimisión "en diferido", como el despido de Bárcenas según Cospedal. No es el día apropiado para hablar de mentiras, pero el president cambia tanto de opinión que conserva un crédito limitado. Nadie puede descartar que su abandono también sea "simulado", como en el tesorero. Para su desgracia, crece el número de cargos de su partido predispuestos a propinarle el empujón definitivo.

Los cambios de ánimo de Bauzá vienen disculpados por el estado de shock de un desahucio forzoso del Consolat. Este trauma ha inducido a expresidents más curtidos a decaimientos subsanados con el apoyo medicinal, un farmacéutico se halla mejor protegido en este departamento. Su desvanecimiento progresivo o sfumato supone una gran pérdida para la izquierda. Los modos cuarteleros del president con lucro cesante han empujado a 65 mil personas a votar a Més, para recordar al mandatario que disfruta de la Semana Santa entre legionarios malagueños que Mallorca posee algo parecido a una identidad.

Bauzá es el líder del PP que ha conseguido indignar a más votantes de su partido. El misterio no consiste en averiguar por qué no ha sido reelegido, sino cómo pudo ser elegido alguna vez. Al arrojar la toalla, se convierte en el único president de Balears que solo ha mantenido el cargo durante una legislatura, al margen del episódico Cristòfol Soler. En ambos casos, Terminator Cañellas ha ejercido como feroz enterrador de sus sucesores y guardián de las esencias del PP mutilado por su actual president.

El PP celebró ayer una ejecutiva de puertas abiertas. Los asistentes estaban más preocupados de retransmitir el partido con sus móviles que de protagonizarlo. La estupefacción de los cachorros, ante la autopsia en vivo de Terminator Cañellas a Bauzá, se debe a que no pueden recordar al fundador del partido pintando con sus propias manos la primitiva sede del partido en Cort. Era antes de la etapa de los sobres con fajos de billetes.

Bauzá labró su destino, plasmado en el peor resultado del PP. Sus propios correligionarios no solo han luchado para evitar su continuidad, sino para olvidarlo. El respeto viene de respectare o mirar hacia atrás, y hay que ganárselo. Atendiendo a los síntomas incipientes, el todavía president administrará su triste herencia con tan poco acierto como su gestión. En lugar de un humilde y tragicómico "¿en qué os he fallado?", se despide insultando a alcaldes que bastante han hecho con salvar los muebles consistoriales. En treinta municipios de Mallorca, la lista local mejora los resultados de la autonómica. En Marratxí, por una diferencia de mil quinientos votos. Allí le conocen bien.

Costará encarecer al "general", denominación de Bauzá, que se rinde entre el desprecio de sus tropas. El único líder de la derecha local que le apoya sin reservas es Xavier Pericay, otro candidato que expulsa a la mitad de los posibles votantes de Ciutadans al anunciarles que va a pactar con el partido del que reniegan.

Ayer se brindó con cava caro en los cenáculos conservadores. En la entrañable polémica sobre Balears como el "pequeño país" de Francesc Antich o la región cañellista, Bauzá se ha inclinado siempre por la provincia. Militar, por supuesto. Provechosa, desde luego. Solo ha enlazado con sus predecesores al considerar el poder como una propiedad privada. Rosa Estarás, menudo lince, lo prefirió a Pere Rotger porque el sempiterno alcalde de Inca le parecía viejo. El postergado y luego eliminado president del Parlament se tomó ayer cumplida venganza, con un turno regionalista en el réquiem.

Bauzá despachó a Rotger con un explícito "presidentes a mí". Olvidaba que solo hay una persona autorizada a pronunciar esta frase categórica en el PP. Sí, coincide con el verdugo que ayer guillotinó al farmacéutico. Cuesta creer que un partido acostumbrado a funcionar como una banda de Ángeles del Infierno motorizados finja miedo por la llegada de los revolucionarios pueriles de Podemos.

El gobernante que destierra a Mateo Isern para abrazarse a Kovacs, Antonio Gómez o Juana María Camps por citar a personalidades de calidad intelectual asimilable, está condenado de antemano. Contra quienes deseaban el anuncio de su retirada inmediata y definitiva, no hay mayor tortura que asistir a la investidura de tu sucesor(a).

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