"Bauzá es cadáver; solo falta saber la fecha del entierro". De las opiniones pulsadas ayer entre dirigentes y cargos públicos del PP balear quizá ésta es la que mejor ilustra el sentimiento mayoritario respecto al futuro político de José Ramón Bauzá tras la debacle electoral del domingo. La pérdida de 15 diputados respecto a 2011 y el desalojo de todas las instituciones de peso ha resucitado al llamado sector regionalista, que ni en el peor de los pronósticos se imaginaba unos resultados "tan desastrosos". Todos los populares sondeados, incluso los más condescendientes con Bauzá en esta legislatura, coinciden en que "José Ramón no puede seguir liderando el partido". La guillotina, añaden, debe hacerse extensiva "a todo su séquito", especialmente el vicepresidente Antonio Gómez, el jefe de gabinete, Javier Fons, y el secretario general, Miquel Vidal.

La única discrepancia surge en torno al momento más idóneo estratégicamente para el relevo. Hay quienes piensan que Bauzá "ya está tardando" en anunciar su dimisión, y otros partidarios de esperar hasta después de las elecciones generales, "para no tener más frentes abiertos". Fuentes populares no descartan que transcurridas 24 horas desde el batacazo el todavía presidente "ya lo haya digerido" y él mismo diga hoy que se va, tras escuchar a la junta directiva regional convocada para esta tarde, y después de haber hablado ayer con Mariano Rajoy y la cúpula del PP estatal.

Donde sí hubo ayer mismo dimisiones fue en Eivissa. El presidente del PP y del Consell en dicha isla, Vicent Serra, así como la secretaria general del partido, Pepita Gutiérrez, son los primeros en asumir responsabilidades por el descalabro. Serra vinculó su dimisión a los malos resultados, que a su vez achacó a los escándalos de corrupción y los recortes. Reveló que al comunicar su intención a Bauzá, éste le pidió que esperara, pero Serra ya tenía la decisión tomada y no quiso dar marcha atrás. Preguntado sobre si piensa que Bauzá debería seguir idéntico camino, el líder del PP ibicenco se limitó a contestar que "es la decisión de cada uno". Cabe recordar que nada más salir a valorar los resultados, Bauzá dejó claro que no piensa dimitir, y que seguirá "al frente del PP a las duras y a las maduras".

Por cierto que en mentideros políticos de Madrid empezó a circular la posibilidad de que el presidente del Gobierno hiciera cambios y nombrara ministro a Bauzá para sustituir al titular de Educación, José Ignacio Wert. Más tarde, el propio Rajoy desmintió a la prensa que vaya a remodelar su gabinete. No obstante, en el PP balear algunos no descartan el aterrizaje de Bauzá en Madrid, apadrinado por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que le tiene mucha consideración. Ella misma lo quiso dejar claro ante la dirección de los populares en Balears durante su mitin en Palma en precampaña.

Volviendo a la guerra interna, entre los pocos que ayer hablaron abiertamente destacan dos expresidentes del partido, Biel Cañellas y Joan Huguet. En declaraciones a la Cope, Cañellas apuntó que "hay que dejar paso a otras personas" tras el "fracaso rotundo" de los comicios. Huguet fue algo más allá y reclamó "poner a otra persona para liderar la oposición, con capacidad de diálogo y de poder alcanzar acuerdos" con la izquierda. Piensa en los consellers José Vicente Marí y Biel Company. De hecho, Marí es una de las apuestas que gana más fuerza dentro del PP, si bien habría que vencer las resistencias del PP en la part forana de aupar por vez primera a un ibicenco al frente de la formación.

"El partido está en una situación muy delicada y se tienen que tomar decisiones, cuando antes mejor, sino puede ir empeorando", reflexionaba un exdiputado que a nivel personal lo lamenta por Bauzá, "pero con estos resultados José Ramón no puede continuar, toda nuestra gente ha quedado tocada".

Junta directiva regional hoy

La asamblea de hoy se prevé radicalmente distinta a cualquier otra de esta legislatura, donde la discrepancia era automáticamente penalizada. "La gente va a hablar, nadie se esperaba esta debacle", coinciden dos dirigentes. Cañellas probablemente será uno de ellos.

Hay expectación por saber "qué movimientos hará Rodríguez", ya que el presidente del PP de Palma sigue siendo una figura clave en esta transición, máxime después de su distanciamiento con Bauzá durante la campaña, cuando éste le mandó jubilarse en público para contentar al sector del defenestrado Mateo Isern. El alcalde palmesano en funciones es otro de los nombres que flotan como sucesores, "pero hace falta ver si él quiere jugar", apostillan siempre todos los consultados. Un veterano apunta que frente a los nombres que "vienen sonando de Company o María Salom, es hora de buscar a un perfil distinto, de un joven tipo Albert Rivera, para que nos entendamos", en alusión al líder del emergente Ciudadanos.

Los alcaldes de Campos y Santanyí, Tià Sagreras y Llorenç Galmés -dos de los pocos que han sobrevivido al tsunami- están en el candelero. Algunos viejos barones también postulan al conseller de Salud, Martí Sansaloni, entre los nuevos valores a tener en cuenta para la etapa que se abre. Sin embargo, hay voces que alertan de que estos nombres "podrían ir bien para presidir el partido, pero se necesita a alguien que ya sea diputado para liderar la oposición".

Plus de responsabilidad de Bauzá

Exceptuando algunos dirigentes más afines al todavía líder, en el hundimiento del PP balear el domingo en las urnas muchos ven "un plus de responsabilidad personal" del propio Bauzá, cuya figura ha generado una fuerte contestación social esta legislatura. Los críticos respaldan sus tesis con el hecho de que Balears ha cosechado el segundo peor resultado de toda España en pérdida de porcentaje de votos respecto a 2011, después de Valencia. "Allí a la tendencia nacional del desgaste se suma la corrupción", señalan, recordando comunidades como Castilla la Mancha, donde María Dolores de Cospedal "ha perdido la mayoría, pero solo por un escaño". En las islas el PP tenía asumido que perdía la mayoría absoluta, pero en ningún caso "unos resultado tan y tan malos".

Además, señalan que en las elecciones municipales el PP ha obtenido en las islas 4.711 votos más que en las autonómicas, es decir, "en los pueblos hemos sacado casi cinco mil votos más que la candidatura de Bauzá en el Parlamento". Esta pérdida "es un claro castigo a sus políticas" y a su gestión del partido en la crisis de alcaldes de la part forana, remachan.

Otro dato llamativo que aporta esta corriente crítica que va perdiendo el miedo a hablar tras la derrota del domingo es que "bastante gente significativa del PP y sus familias ha votado a El Pi", y señalan que entre ellos "varios exconsellers" del Govern Matas que no se han escondido de decirlo, y "otros cargos en activo en este mandato, alguno muy relevante".