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Los deberes del próximo Govern

Una legislatura marcada por la crisis, los recortes en la administración, los impuestos y el conflicto educativo deja importantes problemas por resolver en los próximos años

Bauzá sufrió la mayor manifestación de la historia democrática, contra su trilingüismo. pere antoni ramis

Una de las primeras misiones que tuvo que afrontar Bauzá como president fue elaborar un plan de ajuste de gastos e ingresos de los servicios públicos autonómicos. Lo exigía el Ministerio de Hacienda. Y el Govern cumplió. Empezó el sainete de los recortes, con tijeretazos (luego descartados) como el cierre de PACs y hospitales, rebajas de salarios públicos, liquidación de empresas públicas y una catarata de impuestos nuevos o subidos. En aquel documento se decía algo más: estos esfuerzos "no son sostenibles" más allá de tres años. ¿Por qué? Porque ni los empleados públicos afectados lo aceptarían, ni los servicios básicos podían permitírselo. Y eso también es herencia de Bauzá: el que llegue recoge una administración menos musculada, privada de grasa en muchos casos (sobre todo empresas públicas), pero desprovista de fuerza para dar respuesta a las necesidades básicas de los ciudadanos. Basta ver indicadores como las listas de espera o el fracaso escolar para entenderlo.

1. Sanidad: en cuatro años, la espera por el especialista se ha triplicado y ser operado implica el doble de demora

Esta misma semana llegaba un caso a la redacción de Diario de Mallorca. Una paciente crónica de riñón, que tenía que pasar su revisión semestral en septiembre, aún espera cita. Y no se prevé que llegue antes de junio. Es el drama diario de la sanidad, que en cuatro años acumula retraso sobre retraso. La última lista de espera antes de Bauzá, en la primavera de 2011, documentaba que había 40.736 personas pendientes de consulta. Hoy son 58.606. Entonces, en 2011, tenían que esperar 30 días de media. Hoy el dato oficial son 102 días. Y más de lo mismo con el quirófano. En 2011 había 11.993 pacientes aguardando bisturí, que hoy son 14.487. Y esperan más: de 51 días de demora se ha pasado a 114. Eso es también herencia: no es solo cerrar el agujero público, se trata de recuperar calidad y recursos en servicios básicos.

2. Empresas públicas: entre el éxito de la reducción de entes y la factura de los despidos improcedentes del Govern

El president Bauzá puede sacar pecho con un logro: nadie había logrado meterle mano a la maraña de entes públicos que pagaba la comunidad. Llegaron a ser 193, aunque la cifra, pese a su precisión, es una incógnita: cuando llegó Bauzá no estaba claro ni cuantas empresas había. Hoy quedan menos de 30, entre empresas, entes, sociedades y fundaciones. El recorte ha supuesto un ahorro superior a 300 millones al año. Aunque no todo son luces. Las ganas de recortar pasaron por encima de los derechos de los trabajadores, como reflejan ahora decenas de sentencias con las que los tribunales obligan a readmitir o indemnizar a muchos de los expulsados de las empresas públicas. Otra factura que pagará el siguiente, que a cambio tendrá un sector público al fin ordenado.

3. Educación: Balears sigue a la cabeza en fracaso escolar, en medio de un conflicto que sigue latente

Nunca tantas personas se pusieron de acuerdo en Balears para salir a la calle. Fueron 100.000 y se quejaban de la reforma educativa del Govern Bauzá, el famoso trilingüismo, finalmente frustrado por los tribunales. La implantación del TIL queda pendiente para la próxima legislatura, que podría ser la de su derogación (si pierde Bauzá). También le tocará al que llegue lidiar con una plantilla que ha perdido 700 profesores (según cálculos sindicales) y abonar sueldos y complementos perdidos por los docentes. Todo en la comunidad que sigue a la cabeza en fracaso escolar.

4. Turismo: hoteleros contentos y el resto del sector de uñas por las reformas de este Govern

La Ley General Turística de Bauzá ha dejado muy contentos a los hoteleros, pero tiene de uñas al resto del sector, que ha enterrado el hacha de guerra durante la campaña. La preocupación viene del hecho de las opciones de negocio que da a los hoteles (pueden básicamente ser desde discotecas a comercios). Eso generará batalla. También el alquiler turístico, perseguido por este Govern en el caso de los pisos residenciales, pero respaldado como opción para desestacionalizar y redistribuir riqueza turística por amplios sectores del empresariado y la sociedad.

5. Otros asuntos: dependencia, calidad de la contratación, generación de empleo, obras públicas, nuevos tributos, ley agraria...

La intensa labor legislativa de este Govern (que ha gobernado en mayoría absoluta sin generar consensos) abre ahora muchos frentes. Desde las opciones turísticas en fincas agrarias, a la pervivencia de tributos como el céntimo sanitario, o la recuperación de servicios perdidos.

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