-Es el candidato al Govern de un partido en el que no está afiliado.
-Fui uno de los 15 firmantes del manifiesto en Barcelona y uno de los fundadores de Ciudadanos hasta que se hizo el congreso y salió una ejecutiva presidida por Albert Rivera. Mi relación orgánica con el partido acabó ahí. Yo vivía aquí, donde no existía Ciudadanos, desde 2003. Me afiliaré, pero ahora no puedo porque están paradas las afiliaciones hasta que pasen las elecciones.
-Ciudadanos desembarcó en Mallorca en enero. ¿Había tenido relación con el partido aquí desde entonces?
-No, ninguna.
-Es decir, ha sido impuesto por la dirección nacional.
-Soy una persona a la que la dirección le pide, hace poco más de una semana, que asuma la candidatura al Parlament y, por supuesto, tenga también una participación en la política del partido aquí. Lo pensé y acepté con gusto.
-Josep Lluís Bauzá, coordinador del partido, aspiraba a ser el candidato al Govern. ¿Por qué no lo quiso la dirección nacional?
-Habrá que preguntárselo a la dirección en Barcelona. Yo no puedo opinar. Ni él me ha dado ninguna explicación ni yo se la he pedido.
-Otro Bauzá, el president del Govern y líder del PP balear, confía en que ustedes logren entrar en el Parlament.
-No lo sé. Lo he leído en alguna parte, pero no sé porqué se da esa confianza. Presentaremos un programa y si se respeta, no solo por parte del PP sino de cualquier partido que tenga posibilidad de gobernar, ahí estaremos. El PP, de todo modos, tiene que cambiar bastante antes de que pueda pactar con nosotros."Al PSIB le auguro malos resultados. Es errático, ha hecho pactos con unos y otros y no parece fiable"
-¿En qué sentido?
-Aparte de diferencias de programas, por ejemplo en lo que tiene que ver con la corrupción. No hablo de Bauzá o de gente que esté ahora en primera fila, sino del partido en sí, sobre el que pende la sospecha en cosas como por ejemplo la financiación de sus sede o de quién maneja los hilos de sus listas electorales en Palma. Nosotros somos un partido en el que la corrupción no puede entrar.
-¿Y respecto a las posibilidades de acuerdo con otros partidos?
-Es una obviedad que Ciudadanos, en principio, no es un partido que vaya a gobernar con Podemos y Més. En todo caso yo no descarto gobernar, en el sentido de que el resultado de Ciudadanos permita una acción de Gobierno.
-¿Con el PSIB pactarían?
-Dependería de con qué PSIB. Me da la impresión de que es un partido bífido, con una determinada línea, la de su secretaria general y el aparato, y otra que es la de la perdedora en las primarias del partido, Aina Calvo, que no tienen mucho que ver. Es un partido al que auguro unos malos resultados electorales. Es errático y ha hecho pactos con unos y otros sin criterio. No parece muy fiable tampoco, como no lo es el PP.
-¿Ha hablado con José Ramón Bauzá?
-No. Ni le conozco.
-¿Y Rivera ha hablado con él?
-No tengo ni idea.
-¿Ciudadanos es el Podemos de derechas?
-La palabra derecha me hace gracia. Pedro Sánchez nos llamó derecha civilizada. Dan por hecho que somos centro derecha. Somos un partido liberal en lo económico, pero con un contrapeso social. Para nosotros los puntales del Estado de Bienestar son básicos. Lo que pasa que también somos un partido responsable, que sabemos que no podemos gastar más de lo que hay.
-¿No le chirría afirmar que Ciudadanos defiende el Estado de Bienestar cuando rechaza que los inmigrantes sin papeles tengan tarjeta sanitaria?
-Los inmigrantes ilegales tienen unos derechos garantizados, como urgencias, infancia... Pero es que son ilegales. Es imposible mantener el sistema con esa apertura absoluta a cualquiera. Se han producido muchos abusos en este sentido. Hay que ser responsables. No podemos garantizar a todo el mundo lo que no podemos darle.
-Usted atacó duramente a los profesores de Balears. ¿Mantiene su opinión?
-Armaron lo que armaron. No los profesores, no me refiero al gremio. Pero sí es intolerable que los ciudadanos decidan votar a un partido, en este caso el PP, y que a la ejecución de alguna de sus política se interponga un lobby, el de la Asamblea de Docentes. La huelga que hicieron fue salvaje, de coacción sistemática en los institutos. Lo convirtieron en una deslegitimación del sistema democrático al deslegitimar que el partido gobernante pudiera aplicar una determinada ley, lo que me parece intolerable. Otra cosa es cómo el PP ha aplicado su programa en educación, que no ha sido ningún modelo ni de eficacia ni de coherencia. Al final parece que solo le ha importado ceder a la presión de este lobby.
-¿Con 100.000 personas manifestándose, las asociaciones de padres apoyando, no contempla la posibilidad de que más que un lobby lo que había era un rechazo social?
-Me va a permitir que discuta la cifra de 100.000. La pongo entre paréntesis. En cuanto a las asociaciones de padres, los que las llevan en la enseñanza pública tienen un grado de vinculación política enorme y no representan a todos los padres. En todo este movimiento no había un gramo de preocupación por algo que es básico, el nivel paupérrimo de la educación en Balears. El TIL era una propuesta bien intencionada pero mal aplicada.
-Cuando Juan Antoni Horrach dejó la dirección de UPyD en Balears y abandonó el partido, se dio por hecho que pasaría a Ciudadanos. ¿Lo frustró unos tuits en los que criticaba a Ciudadanos y a Rivera?
-Yo nunca he hecho ninguna opa hostil en el sentido de desmenbrar a UPyD. Hablé con Horrach y con algunos otros sólo cuando me constaba que ya habían decidido dejar UPyD. En esas condiciones sí hablé con ellos y les dije que vinieran a Ciudadanos, pero no ha sido posible y lo lamento porque son un capital importante. Sobre los tuits de Horrach de carácter político, hasta cierto punto son comprensibles. Los que transpasaron el umbral de lo político es otro tema. Pero fue Horrach el que rechazó venir a Ciudadanos. Me dijo que no quería seguir en política.
