Vox se impone al PP en Son Gotleu, La Soledat Nord y Can Capes, así se esfuma la ficción de un partido de ultraderecha de lujo, acurrucado en la Palma cara. Los populares solo resisten a izquierda y derecha en Jaume III, Born, Sant Jaume o Sant Nicolau. La buena noticia es que la candidatura de Mateo Isern dispone de apoyos residuales, que le asignan cuatro concejales en una ficticia extrapolación de las generales. La mala noticia es que el PP todavía tiene mucho que perder.
Palma no celebró el desembarco del neofranquismo (cuatro concejales), ni siquiera el reflotamiento de un PSOE (ocho) que guía a la izquierda con soltura. El protagonismo pertenece a la consolidación de Ciudadanos (seis). Su candidata neutra a Cort se beneficiará del inesperado liderazgo absoluto en una docena de barriadas, con florones en las zonas elitistas de Sant Agustí o Son Armadans. De nuevo, el PP puede felicitarse de haber sobrevivido a Vox, para alarmarse a continuación ante el auge de las huestes de Rivera.
Més (uno) triplicará al menos su peso en las municipales. Los candidatos serán decisivos, y el teniente general Fulgencio debe escrutar los mapas del Estado Mayor palmesano, para adentrarse en la ciudad pobre y más receptiva a la ultraderecha. El PSOE obedece a la estructura piramidal, confiado en que los referentes en la cúspide filtran su carisma. Con un marcador de 15 a 14 en Cort para cualquiera de los bandos, deberá demostrar que Hila es Sánchez.
