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Opinión

La izquierda en el Olimpo; hecatombe del PP

La izquierda en el Olimpo; hecatombe del PP

Impensable: la barrida de la izquierda en Balears es tan excesiva que cuesta asimilarla. Solo genera mayor incredulidad la implosión del PP, que queda reducido a poco menos que la nada: un simple escaño, el último de los 8 en disputa. El escaño al Senado para María Salom es un rejonazo en todo lo alto al desfondado Biel Company, todavía presidente del PP balear. Nunca desde 1982 la derecha conservadora había experimentado no ya una derrota, sino un desmoronamiento semejante, comparable al que se llevó por delante, también en 1982, a la UCD creada por Adolfo Suárez, el padre del desastroso número dos del PP de Casado.

Hay que preguntarse cómo ha sido posible que en las Islas se haya dado ese resultado. Podía especularse con que los socialistas superaran al PP, como ocurrió en alguna aislada convocatoria, pero asistir a la masiva victoria de la izquierda: PSOE primero y Podemos segundo, nadie lo imaginó, ni tan siquiera los más osados soñadores de ambos partidos. Ha sucedido. Además, para redondear la tragedia que deja al PP a las puertas del cierre por defunción, Ciudadanos pasa por encima del partido de Company, que casi queda emparejado con la extrema derecha de Vox. Qué más tiene que ocurrir para que se certifique lo inevitable: la absoluta recomposición del espacio político de la derecha balear, aunque quede en el aire en cómo se dilucidará.

Lo que acaba de acontecer va a tener una inmediata consecuencia: las elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo se verán concernidas por el resultado de ayer. Los socialistas ahora sí pueden albergar algo más que fundadas esperanzas de reeditar la mayoría de izquierdas que ha habido en la legislatura que ha finalizado. Y no solo eso, sino que también es factible que conserven los principales ayuntamientos, incluido el de Palma, que se daba por hecho que bascularía decididamente hacia la derecha. Ya no, porque lo de ayer es de tal magnitud que desarbola todo lo maquinado hasta el momento. Desde hoy cambia radicalmente la perspectiva.

El PP se adentra en su hora más negra, porque el 26 de mayo, de no corregirse drásticamente la situación, tendrá un resultado tan desastroso que le hará imposible seguir siendo lo que ha sido y representado: el partido sin discusión del electorado conservador, de las amplias clases medias mallorquinas. Biel Company se va a confrontar con unas elecciones de las que es harto probable que salga tan malparado que no le quede otra que ceder el paso a un nuevo dirigente. Quedar con un único escaño por Balears, el de Marga Prohens, es, reiterémoslo, de tal magnitud, que, buscando alguna analogía que lo describa, se asemeja a un suceso cósmico, como la atracción que ejerce un agujero negro. La foto que se ha obtenido por primera vez de uno de semejantes monstruos es lo más parecido a la decisión tomada por el electorado balear, que ha succionado al partido que vivió tiempos de vino y rosas, a un lugar en el que solo existe llanto y crujir de dientes. ¡Ay de los vencidos!

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