Cual un hombre tranquilo como John Wayne de nuestros tiempos „aunque sin su prestancia cinematográfica„ el presidente del Gobierno en funciones y de nuevo candidato del PP, Mariano Rajoy, ha transitado por estos cinco meses desde el pasado 20D impasible el ademán, fiel, en apariencia, a su tradicional estrategia de dejar pasar el tiempo para que todo lo solucione.

Ha resistido todas las críticas externas e internas, se ha enfrentado „discretamente, eso sí„ con el rey por no plegarse a su estrategia, ha atacado a diestra y siniestra... y al final se ha salido con la suya, con la que no pocos estrategas aseguran que ha sido su intención última desde el minuto cero tras la última convocatoria electoral: volver a las urnas y presentarse como el único garante de estabilidad en el país, con la confianza de recuperar gran parte de los votos huídos a Ciudadanos.

A lo largo de estos meses, el PP ha padecido al menos siete nuevos casos de corrupción con la caída de personajes históricos, pero todo parece indicar que su sólido suelo electoral no se ha hundido; antes al contrario, puede incluso haberse reforzado ligeramente. Con estos mimbres podría reinvidicarse sin moverse un milímetro de donde siempre estuvo. Un clásico.