El paro se mantiene como el principal problema de los españoles, con un 77,5 por ciento, a gran distancia de la corrupción (40,1%), mientras que la preocupación por los nacionalismos sigue creciendo y sube un punto hasta el 5,1 por ciento respecto al pasado mes de octubre.

Estos datos se recogen en el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente al mes de noviembre, que ha acompañado al sondeo electoral que también se ha hecho público este jueves.

La encuesta, realizada entre el pasado 30 de octubre y el 9 de noviembre de 2015, revela que la inquietud de los españoles por el desempleo baja ligeramente del 79,1 por ciento que se registró en octubre al 77,5 del último sondeo.

En segundo lugar, se mantiene la corrupción, con el 40,1 por ciento, con un ligero crecimiento respecto al mes pasado (39,4).

A continuación, están los problemas de índole económica (24 por ciento); los políticos en general (20,4); la sanidad (11,9); los problemas de índole social (11) y la educación (9,7).

Coincidiendo con el debate sobre la crisis política catalana y el desafío independentista, los nacionalismos pasan del décimo al octavo puesto, con un 5,1 por ciento, cuando en octubre fue del 4,2.

El tope histórico de los nacionalismos como problema de los ciudadanos se registró en enero 2006, con un 6,6 por ciento, en pleno debate sobre el Estatut catalán.

Los problemas relacionados con la calidad del empleo pasan al noveno lugar, con el 4,8 por ciento, mientras que la inmigración queda relegada al décimo al bajar hasta el 4,1 por ciento (6,5 en octubre).

El CIS también pregunta por la situación económica en España, que para un 65,5 por ciento es negativa (64,6 en octubre), frente al 4,1 que la ve positiva y el 29,8 que la califica de regular.

Dentro de un año, la mayoría de los ciudadanos presagia que será igual (52,3 por ciento), mientras que el 24,1 piensa que será peor y el 21,9 que mejorará.

En cuanto a la situación política, más de dos tercios (68,2 por ciento) la ve mal y el 24,1, regular, y solo el 4 por ciento la considera buena.

Uno de cada cuatro (39,3 por ciento) estima que será igual dentro de un año, mientras que el 20,4 tiene la impresión de que será mejor, mientras que un 15 por ciento augura que irá a peor.