Tener un contrato con una empresa y quedarse en casa a trabajar cada mañana es un privilegio de unos pocos. En España, una de cada catorce personas teletrabaja, aunque sea de forma ocasional. Son datos muy cercanos a la media europea. Parece que va al alza por las oportunidades que supone: flexibilizar horarios, compaginar el trabajo con el estilo de vida o, incluso, dinamizar entornos rurales. Con todo, las ventajas y los inconvenientes del trabajo a distancia son dos caras de la misma moneda.

Dificultades para delimitar el tiempo de trabajo y la desconexión

Trabajar a distancia, sobre todo desde casa, puede generar situaciones como estar pendiente del trabajo continuamente, alargar el horario o que el entorno cercano del teletrabajador le reclame atención constante. Estos riesgos se minimizan "si somos conscientes de que el teletrabajo nos permite sincronizar mejor las demandas vitales laborales con las no laborales", aseguran Mar Sabadell-Bosch y Eva Rimbau, profesoras de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Para evitar trabajar demasiadas horas, consideran prioritario "hacer el trabajo previo de organizarse y gestionar el tiempo del que se dispone" y no sobreentender que hay tiempo para todo. La digitalización, dice, facilita la permeabilidad de los límites y debemos asegurar la desconexión para contrarrestarlo.

Sensación de soledad y de falta de vínculos con los compañeros

El contacto cara a cara, mientras se trabaja o en momentos de distensión, genera vínculos con los compañeros y los jefes. "Si no estás nunca, es fácil que te sientas aislado y, como no eres visible, es posible que los compañeros consideren que no contribuyes a los objetivos compartidos", indica Sabadell-Bosch. En este sentido, propone regular la intensidad del trabajo a distancia: "Si de cinco días teletrabajas dos o tres, es probable que tu percepción de autonomía en el trabajo y de conciliación sea positiva, y que las relaciones profesionales no resulten perjudicada". En cuanto a los jefes, "varios estudios apuntan a que la sensación de pérdida de control sobre los miembros del equipo desaparece si el teletrabajo no se improvisa, sino que es una herramienta bien diseñada", apunta la profesora de la UOC.

Sedentarismo, tendencia al tabaquismo o a picar entre horas

Trabajar desde casa o a distancia puede fomentar estos hábitos, pero recuerda que "hay que ser conscientes de que teletrabajar supone ganar un tiempo que puede usarse para fomentar la propia salud". Los estudios indican que el teletrabajo reduce las distracciones, a pesar de que en casa "puede haber 'tentaciones', pero debe tenerse en cuenta la capacidad propia del trabajador para autoregularse". En conclusión, el teletrabajo debe verse "como una oportunidad estratégica para retener talento, para que las personas puedan ser productivas y aportar valor a la empresa", dicen los expertos de la UOC. Los profesionales "aportan valor cuando el contexto los ayuda a sentirse mejor. Y precisamente el teletrabajo, si convertimos los riesgos en ventajas, te permite tener la percepción de que el trabajo se adapta mejor a tus necesidades vitales y sentirte mejor".