Millones de personas en todo el mundo usan a diario sus iPhone y Apple Watch como método de de pago. Y no es algo nuevo. Está ocurriendo desde que la compañía lanzó su plataforma de pago móvil allá por octubre de 2014. Ahora, en un movimiento totalmente inesperado y, por qué no decirlo, un poco 'retro', la mayor empresa tecnológica del planeta ha lanzado por primera vez una tarjeta de crédito en formato físico.

Lo cierto es que si se analiza bien, tiene cierto sentido habida cuenta de que la aplicación Wallet -cartera- presente en los dispositivos móviles de la compañía solo se podía rellenar con tarjetas de terceros. Gracias a la colaboración con Goldman Sachs y Mastercard, ahora la cartera virtual de Apple incorporará una tarjeta real de la misma compañía.

Entre las ventajas de esta nueva tarjeta está la integración con todo el ecosistema de servicios de la marca. Así, por ejemplo, las transacciones estarán geolocalizadas en la aplicación Mapas gracias a un avanzado sistema de aprendizaje automático, pudiendo agruparlas por categorías y grupos de gasto semanal y mensual.

El sistema de recompensas por el uso en forma de reintegro de dinero, se realizará semanalmente, sin tener que esperar a la liquidación mensual. Y todo ello sin comisiones de ningún tipo: ni cuota anual, ni comisión por adelanto de dinero, ni recargos por impago salvo los tipos de interés pactados previamente.

La compañía de Cupertino entra así en un nuevo mercado de servicios para captar a aquellas personas que no tienen un iPhone. Es la 'analogización' de Apple Pay.