Si te cuento que en este momento tu teléfono usa un ancho de banda de hasta 6 Gigahercios y que 5G usará desde estos 6 Ghz hasta 300Ghz pensarás que eso puede que tenga sentido para alguien pero no para ti. Si, por el contrario, te digo que podrás bajarte una peli entre 10 y 1000 veces más rápido, que dejarás de tener interferencias y que ya no habrá apenas retardo entre lo que dices y lo que oye tu interlocutor puede que entiendas mejor de qué va esto.

Esa escalada brutal en materia de velocidad, además, es lo que necesita el Internet de las cosas, la telecirugía o los coches autónomos para poder entrar en juego a tope. Sin 5G todas estas tecnologías no pueden operar de forma segura. Simplemente porque 4G está saturada y es lenta por lo que genera riesgos inaceptables allí donde la velocidad marca la diferencia.

Si imaginas un mundo donde todo está conectado entre sí estás pensando en clave 5G. Y este mundo está en camino. Aun quedan unas pocas cosas que resolver en las cinco tecnologías clave que son necesarias para implementar 5G a fondo pero es más que probable que en poco más de un año y medio tengamos que cambiar nuestro smartphone y hacer un esfuerzo adicional para ello porque será más caro. A cambio tendremos la sensación de dejar el camino de tierra y entrar en la autopista pero no solo eso: 5G multiplicará la autonomía de nuestra batería porque gasta menos.

Antes de que cambiemos de móvil los operadores de infraestructura tendrán que realizar un esfuerzo prodigioso en materia de inversión e instalación porque aparte de las antenas de telefonía, que cambiarán radicalmente, tendremos repetidores pequeños en farolas, toboganes, guardarraíles o cualquier elemento de mobiliario urbano que podamos imaginar porque las nuevas frecuencias no se llevan bien con árboles, edificios o la lluvia, por poner ejemplos.

Pero no todo es divertido en el ámbito 5G.

Más dispositivos conectados aumentan el riesgo de cibercrimen: tu coche, el robot-aspirador o la cerradura de casa podrán ser el siguiente objetivo de los chicos malos.

Asimismo una nueva arma de los EE.UU. llamada Active Denial System utiliza los 95 Ghz para dispersar manifestantes haciéndoles sentir una ola de calor insoportable durante 3 segundos. Esa misma frecuencia está entre las 5G por lo que atisbo cierta probable belicosidad social contra esta tecnología.

El futuro inmediato promete ser apasionante. Nos presentarán soluciones a problemas que no sabíamos que existen y a otros conocidos pero exigirán, como siempre, comprenderla para gestionar los riesgos y visualizar las líneas rojas. En materia de privacidad, de accesibilidad criminal o consentida a nuestros datos, todo va a suceder a una velocidad de vértigo y ello implica una gestión responsable e informada de qué hacemos, con quien y para qué.

Por cuanto a las empresas, recupero la cita de Lewis Carroll en Alicia en el país de las maravillas: "Para quedarte donde estás tienes que correr lo más rápido que puedas... Y si quieres ir a otro sitio, deberás correr, por lo menos, dos veces más rápido."