Visa, en colaboración con la universidad de Stanford, ha publicado uno de los mayores estudios globales dedicados al análisis de la creciente demanda de transporte público y privado, y del importante papel que el comercio digital juega en el impulso del crecimiento sostenible.

Según Naciones Unidas, para el año 2050 el 68% de la población mundial vivirá en núcleos urbanos y el número de "megaciudades", con poblaciones mayores de 10 millones de personas, se elevará de las 43 actuales a 51.

Apoyándose en la experiencia acumulada gracias a su trabajo con operadores de transporte, empresas automovilísticas y start-ups tecnológicas, Visa encargó un estudio global titulado "El futuro del transporte: movilidad en la era de las megaciudades", con el fin de comprender mejor los retos a los que se enfrentan los viajeros urbanos de hoy y de mañana. Los principales hallazgos del estudio se han complementado con un panorama de innovaciones existentes y próximas facilitado por expertos de la universidad de Stanford, para conocer aún mejor las lagunas tecnológicas que subyacen a las cuestiones más espinosas.

El pago es un elemento esencial de cualquier forma de desplazamiento, y seguirá representando un papel central a medida que más ciudades vayan incorporándose al modelo de transporte público con dispositivos sin contacto, pagos digitales por aparcamiento y servicios de alquiler de bicicletas o motos.

Herman Donner, doctor e investigador posdoctoral de la universidad de Stanford es coautor del informe y resumió: "Si exploramos el panorama tecnológico, podemos observar que ya existen numerosos productos que podrían abordar fácilmente las frustraciones que las personas sufren a diario al desplazarse. Sin embargo, ninguna de estas soluciones debería desarrollarse en solitario. Por tanto, uno de los principales retos radica en identificar en primer lugar las tecnologías relevantes que proporcionen productos adecuados al mercado, para a continuación gestionar la implementación en colaboración con un amplio conjunto de partes interesadas, incluyendo proveedores de servicios de movilidad, empresas tecnológicas, propietarios de infraestructuras y agencias de transporte público. Partiendo de nuestra investigación, creemos que muchos de estos pequeños cambios graduales podrían tener un impacto significativo en los desplazamientos diarios de la gente".