Exponía el legendario financiero húngaro en octubre del 2009 su "Teoría General de la Reflexividad" en un artículo del prestigioso diario Financial Times. Y creo que es momento de detenernos a entender mejor esta teoría ya que a mi entender durante el 2019 puede ser una de las claves de la evolución de los mercados financieros. Su vigencia es absoluta.

La reflexividad es un mecanismo de doble dirección por el cual la realidad ayuda a modelar el pensamiento de los participantes (inversores) y el pensamiento de los participantes ayuda a modelar esa misma realidad. Y Soros defiende que esa reflexividad tiene un papel central en el devenir de los mercados financieros.

Ilustremos esta teoría en el plano práctico para entenderla mejor y para ver como esa reflexividad podría explicar en parte la evolución actual y futura de los mercados financieros. Es un dato objetivo que el crecimiento interanual de la economía americana durante el tercer trimestre del 2018 fue del 3.5% como también es un hecho objetivo que el mismo dato para el segundo trimestre fue del 4.2%. Eso es la realidad que va a modelar el pensamiento de los inversores cuando analicen estos datos. La visión positiva al analizar estos datos es que la primera economía del mundo, aun reduciendo el ritmo de crecimiento del 4.2% al 3.5%, está creciendo a ritmos muy sólidos superiores al 3%, cifras que no son fáciles de conseguir en economías desarrolladas y maduras. Para el participante que tenga esta visión, que coincide con la mía, lo lógico es que siga exponiendo parte de sus inversiones en los mercados financieros de cara al 2019. Ese pensamiento, o visión, es subjetivo y si es compartido por la mayoría de participantes afectará a la realidad de los mercados presionando al alza las valoraciones de sus activos. Sin embargo, si el pensamiento o visión de la realidad objetiva que hemos visto es negativo porque se centra en el menor ritmo de crecimiento del tercer trimestre y proyecta la misma tendencia para los próximos trimestres hasta entrar en recesión lo lógico es que esos participantes vendan sus posiciones en los mercados financieros presionando a la baja las valoraciones de esos activos y por extensión de los índices bursátiles.

Y la clave para 2019 estará en esa reflexividad que puede modelar la realidad y el pensamiento de los inversores retroalimentándose. Viendo la evolución de los mercado durante el pasado mes de octubre y el tono de los mercados durante estas últimas semanas creo que estamos ante una riesgo que la reflexividad de los mercados sea negativa ya que parece que actualmente se está instalando una percepción de sobre evaluar los riesgos por parte de los inversores y modelar así una realidad más negativa de lo que realmente los datos macro nos dicen.

En cualquier caso aunque la teoría de la reflexividad de Soros pueda parecer una obviedad, no la olvidemos porque será una de la claves del próximo ejercicio.