Hoy en día, la innovación es el núcleo de la competitividad en el mundo de los negocios, pero la tecnología actual fundamentalmente basada en sistema on-premise alojados en los datacenters de las empresas puede a veces obstaculizar el camino de la innovación. Las tecnologías heredadas son a menudo demasiado costosas y rígidas para mantenerse al día con la rapidez que la evolución de las nuevas tendencias tecnológicas requiere. La infraestructura tradicional está muy sujeta a los ciclos de presupuestación y cualquier inversión debe realizarse antes de poder abordar un proyecto. La planificación de la capacidad generalmente se enfoca en el futuro y las adquisiciones pueden llevar semanas o meses, lo que dificulta los ajustes a corto plazo. Tales limitaciones pueden asestar un golpe mortal a lo que de otro modo podría haber sido una innovación exitosa. Para muchas organizaciones, la tecnología de la nube puede ofrecer una alternativa más flexible, barata y ágil.

Innumerables servicios nativos de nube están disponibles hoy en día permitiendo a las empresas, con independencia de su sector o su tamaño, el acceso a tecnologías disruptivas como Advanced Analytics, Inteligencia Artificial, sistemas de aprendizaje automático, reconocimiento de voz e imágenes y plataformas de desarrollo DevOps, ofreciendo a las empresas nuevas formas de mejorar las experiencias de los clientes, reducir costos, responder más rápidamente a las condiciones del mercado e incluso repensar en qué negocios quieren estar.

Cualquier tiempo y dinero dedicado a la planificación, adquisición y gestión de la infraestructura significa menos tiempo dedicado a encontrar soluciones a problemas y generar valor para la empresa, por lo que el alojamiento de aplicaciones y soluciones en plataformas en la nube es cada vez más común, convirtiéndose frecuentemente en el nuevo estándar empresarial.

Entre los beneficios potenciales se encuentran: La escalabilidad de los sistemas, permitiendo la elasticidad para crecer y decrecer ajustándose a las cambiantes demandas de las áreas de negocio, la agilidad para el despliegue en un tiempo mínimo de nuevos sistemas permitiendo enfoques agiles de desarrollo en los proyectos, el acceso a tecnología siempre actualizada y sobre todo la capacidad de probar nuevos conceptos y soluciones sin grandes inversiones y sin temor al fracaso. Dichos beneficios pueden ser particularmente valiosos para la innovación, lo que puede ayudar a explicar por qué la computación en la nube está creciendo tan rápidamente. En todo el mundo, se espera que los ingresos por servicios en la nube pública lleguen a 411.000 millones de dólares en 2020, frente a los 306.000 millones este año. En el caso de España se estiman 1.000 millones de dólares en 2020, con un crecimiento de un 21,9% en servicios Cloud entre 2018 y 2020.

El camino a la nube de las empresas abarca tres grandes áreas de trabajo: Una reflexión de su estrategia Cloud, el desarrollo de nuevas capacidades por parte de los departamentos de IT como migración, desarrollo y diseño de plataformas Cloud y, finalmente, dotarse de un nuevo paradigma de trabajo que permita la operación y gestión de los sistemas desplegados en la nube de una manera eficiente.

* Director de consultoría tecnológica de Deloitte