Atendiendo estrictamente a lo que es un "pago móvil", hay que referirse ello como un sistema de pago que se realiza a través de un dispositivo móvil, ya sea este un smartphone, una tableta o un reloj inteligente.

Esta definición deja, por lo tanto, fuera del juego de los pagos móviles no solo al dinero en metálico, sino también al de plástico, a las tarjetas de débito y crédito.

Pero aunque no lo parezca, los pagos móviles no son algo reciente. Ni mucho menos. La primera patente referida a un "Sistema de pago móvil" es del año 2000, y fue inventado por Helen Hui, Terence Ho y Charlie Yang como una plataforma de apoyo al pago con las tarjetas bancarias. Pese a ello, la patente no era más que un abstracto sistema sin una implantación definida ni una ejecución real. Al menos en aquel momento.

Cuando se piensa en pagar con el móvil, la imagen que a uno le viene a la cabeza es la de acercar el teléfono a un datáfono tradicional, pero en la actualidad existen cinco formas principales que permiten el pago móvil, según indica la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Estas cinco formas de pagar con el móvil son la cartera digital, los pagos basados en tarjetas, los pagos a través del operador, los pagos sin contacto y las transferencias directas de dinero. Algunas plataformas son, en ocasiones, la combinación de varios de estos métodos, aunque el más extendido a nivel mundial es el pago sin contacto -contactless en inglés-, basado en tecnología NFC.

En el año 2008, la consultora británica Juniper Research publicaba un estudio en el que auguraba que en el año 2013 se realizarían transacciones a través del móvil por valor de 511.000 millones de euros. Pero una vez más, esas primeras previsiones económicas sobre una tecnología en proceso de incipiente crecimiento iban a ser excesivamente generosas. La realidad fue muy distinta. Según Gartner, los pagos móviles generaron ´solo´ 200.000 millones de euros aquel año.

Pero la suerte estaba echada. El crecimiento imparable de este sistema de pago junto al nacimiento de nuevas tecnologías hacía presagiar lo que ya está ocurriendo: los pagos móviles supondrán en 2018, según Statista, una cifra de negocio de 793.000 millones de euros en todo el mundo.

Pese a que la mayor parte de esa desorbitada cifra viene del comercio en línea, los pagos en tiendas físicas a través de TPV o de otras tecnologías está creciendo considerablemente, tal y como explica Statista en su estudio sobre los pagos digitales en el mundo FinTech Report 2018.

La proliferación de plataformas de pago propiedad de los gigantes de la telefonía móvil -con Apple a la cabeza- ha provocado la democratización de los pagos móviles en los comercios minoristas, algo que no ha pasado por alto el sector bancario y financiero quienes, además de tener sus propias plataformas de pago móvil, ya han adoptado también las de gigantes como Samgung o Google, además de la ya mencionada Apple.

En 2018 las transacciones de pago realizadas en comercios físicos de todo el mundo alcanzarán los 333.500 millones de euros según el FinTech Report 2018. Habida cuenta de que en 2017 esa cifra fue de 196.912 millones de euros, el crecimiento interanual se sitúa en el 69,6%. En 2022, el mismo estudio refleja que se venderán bienes de consumo en tiendas físicas por valor de 1,12 billones de euros, lo que supone una tasa de crecimiento anual sostenido en el periodo 2016-2022 del 35,7%.

También está creciendo de forma imparable el valor medio de las transacciones. El tradicional miedo de los usuarios ante cualquier nueva tecnología relacionada con la economía más básica -ya ocurrió en su momento con la banca on line- hace que la precaución marque los primeros pasos de estas transacciones. Así, en 2016, el gasto medio anual realizado en comercios minoristas pagando con alguna plataforma móvil se situó en 321,44 €. Las estimaciones para 2018 son que dicho gasto sea casi el doble, llegando a los 623,96 € -un 94% más-. En 2022 el gasto medio anual en tiendas físicas se sitúa en 1.159,53 €.

Los usuarios, la clave

Si el crecimiento del volumen de negocio de los pagos móviles es sorprendente, no lo es menos el del número de usuarios. En 2016 había 323,6 millones de usuarios en todo el mundo. El pasado año la cifra aumentó hasta los 422,4 millones -un 30,53% más-, aunque lo más destacado es la previsión para los próximos años, que estima se llegue a los 977,2 millones de usuarios en 2022. Esto supondría triplicar los usuarios en tan solo seis años.

Como no podía ser de otra forma, la generación millennial es la que más está utilizando esta nueva forma de pago móvil. Y no es de extrañar. Alguien que ha sabido adaptarse y aprender a manejar todas las tecnologías desde el vídeo VHS hasta llegar a Netflix, pasando por el DVD y el Blu-Ray, y que ha visto el nacimiento de la era smartphone, es una generación ávida de nuevos avances, especialmente en lo tecnológico.

El pasado año, más de la mitad de las personas que pagaron con su móvil en tiendas físicas tenían entre 25 y 44 años. La franja de edad que más usó el pago móvil en 2017 es la que comprende a las personas entre 25 y 34 años -35%- seguida de los que tienen entre 35 y 44 años -24,4%-. Sorprende ver cómo los más jóvenes -entre 18 y 24 años- tan solo suponen un 20,1% del total de usuarios de pagos móviles en comercios minoristas.

Atendiendo al poder adquisitivo de los usuarios, cabe destacar que pese a que las personas con mayores ingresos son las que más utilizaron esta tecnología de pago -un 40,6% del total-, no ostentan un porcentaje mucho mayor que el resto. Los usuarios con ingresos medios supusieron un 31,6% del total, mientras que aquellos con rentas más bajas, el 27,8%.

Por sexos, ellos usan más el pago móvil en las tiendas físicas que ellas, aunque no con una gran diferencia. Mientras que el 54% de los usuarios eran hombres, el 46% eran mujeres, habiendo casi un empate en este aspecto.

China, el paraíso del pago móvil

El pasado mes de junio publicamos en estas mismas páginas un informe sobre el estado del pago móvil en China, al tratarse del país del mundo en el que más transacciones de este tipo se realizan. Según las previsiones, este año se realizarán operaciones en comercios minoristas por valor de 169.112 millones de euros. Tras el gigante asiático se sitúa EE.UU., donde la cifra alcanzará al terminar el año, según las previsiones, los 103.995 millones de euros. En tercer lugar, y lejos de las dos potencias económicas globales se sitúa Gran Bretaña, donde se realizarán pagos por valor de 19.73o millones de euros.

En España, la cifra de gasto en tiendas con el teléfono móvil es mucho más discreta: 717,6 millones de euros según Statista. La economía española, más humilde que la de otros países de la UE, es probablemente el factor que marca el bajo uso del pago móvil en comercios minoristas, pese a ser el nuestro uno de los países del mundo con una mayor implantación de teléfonos inteligentes. Países como Francia -3.560 millones de €-, Italia -1.086 millones-, Holanda -1.606 millones- o Suiza -1.038 millones- realizaron pagos con el móvil con más intensidad que España. En el otro lado de la balanza sorprende la situación de Alemania. La primera economía de la Unión Europea tan solo realizó pagos con el móvil en comercios minoristas por valor de 163 millones de euros.