Ha llovido mucho desde que era un mocoso. Pero en algunos ámbitos, nuevas situaciones me recuerdan a otras ya vividas.

Cuando era un niño podías pasear por las calles de los pueblos de Mallorca -e incluso por algunas de Ciutat- y ver las puertas de las casas abiertas de par en par. Tan solo una cortina, de llengos o de canutillo, protegían la casa y era de las moscas. ¿Adivinas qué hizo cambiar esa actitud? Sí, fue la experiencia.

Hoy día nos encontramos con algo parecido pero, lo que suele estar abierto de par en par son los puertos de nuestros sistemas informáticos, o nuestra wifi, o nuestro smartphone. ¿Cómo hacemos tal cosa siendo los datos, las imágenes o el acceso a la cámara del móvil de nuestros hijos algo tan sensible y goloso para los chicos malos? En la mayoría de los casos se trata tan solo de un estúpido exceso de confianza y en esa tonta costumbre de pensar "¿por qué habrían de atacarme a mí, si no soy ni famoso ni mi empresa del IBEX?".

Los datos tienen un valor, sea una simple tarjeta de crédito o saber qué nos gusta comprar, cuándo y a qué precio, nuestros datos médicos o de hábitos de vida -¿cuánto andas al día? Hay empresas que pagan por saberlo-. Y si es una foto de tu hija € Por eso hay grandes empresas de ingeniería en Rusia, China y otros países que han desarrollado robots que escanean los puertos de cualquier servidor, terminal, móvil€Si hay un agujero de seguridad lo usan y normalmente

te instalan un pequeño programita que durante años hará de espía para ellos. Irá volcando todo y cuanto encuentre. Un número que parece el de una tarjeta o un IBAN tendrá beneficios al instante. Y si encuentra otras cosas, también. Otros simplemente secuestrarán tu red a cambio de pasta y, para mí, estos son los más "blandos" y directos.

Ya hackean cámaras de seguridad, coches, barcos, contenedores de mercancías, aviones, hoteles, bancos, servidores de bitcoin, la NASA, el correo de Hillary Clinton -durante años- o las cuentas de afamados artistas y seguro que de muchos Estados. Amén de pymes y particulares. El problema suele ser de actitud, es decir, de cultura y responsabilidad, especialmente entre los usuarios no estratégicos.

Dado que la seguridad absoluta no existe€ ¿qué tal un seguro cyber por si algo sale mal?