Cuando se trata de redes wifi públicas hay una cosa que debe quedar muy clara antes de conectarse: la red wifi imposible de piratear no existe. Y esta aseveración, por contundente que parezca, es real como la vida misma. Y no porque lo diga un servidor -que también-, sino porque todas las grandes empresas de ciberseguridad coinciden en una cosa: si quieres mantener tu dispositivo seguro, conéctate mediante la red móvil.

Una vez tenemos claro que el peligro de las redes wifi públicas existe, es real, y que si las usamos a menudo la pregunta no es si nos van a hackear, sino cuándo lo van a hacer, hay una serie de pautas que conviene seguir para evitar, al menos, el desastre. Y con "desastre" no hablamos de que nos puedan robar unas fotos o accedan a nuestros contactos -que también pueden hacerlo-, sino que nos puedan robar desde las claves del banco hasta los números de las tarjetas con las que tan alegremente pagamos desde el móvil en los últimos tiempos. Bentida tecnología...

1. Antes de conectar, preguntar. A menudo llegamos a un hotel, un restaurante o incluso un organismo público y lo primero que hacemos es buscar la red wifi que hay abierta en el sitio. Pero, ¿cómo sabemos que esa red wifi es realmente la del establecimiento? No cuesta nada preguntar en recepción o al camarero el nombre exacto de la red wifi y la contraseña. Un hacker podría haber creado una red wifi con un nombre similar para cazar a incautos ávidos de wifi gratuito.

2. Red cifrada, red asegurada. Existen varios tipos de cifrados de seguridad, y cualquiera de ellos nos protegerá mucho más que si se trata de una red abierta sin ningún tipo de seguridad WEP, WPA o cualquier otra. Como si de una relación sexual se tratara, siempre hay que usar protección con las redes wifi desconocidas. Y no se trata de ponerle una funda profiláctica a nuestro móvil, sino de conectarlo siempre a redes con cifrado y contraseña.

3. Una vez conectado, ve con cuidado. Los usos que se le dan a las redes wifi públicas son infinitos, y por ello conviene tener mucho cuidado con lo que hacemos. No pasa nada si se usan para navegar, mirar el correo o disfrutar de Netflix. Pero nunca se deben realizar operaciones bancarias o de pago a través de una red wifi pública. En este caso, mejor usar la red 4G del teléfono.

4. La conexión automática es poco pragmática. Lo práctico es dejar esa opción activada en el móvil para que se conecte solito a las redes de "casa" o "trabajo". Pero dejando esa opción activada, un pirata informático puede crear una red con esos mismos nombres para piratearnos. Lo mejor es deshabilitar la conexión automática.

5. Guarda las redes si peligro quieres. Los dispositivos móviles guardan las redes wifi a las que se han conectado con anterioridad y sus contraseñas. Para evitar que se conecten de nuevo a redes fraudulentas lo mejor es borrar todas las redes previamente guardadas.

6. Dos minutos han pasado y tu móvil ya está hackeado. En contra de lo que muchos creen, no son necesarios largos minutos para hackear un dispositivo móvil. En apenas dos ya podemos estar vendidos. Si la conexión a una red wifi pública tarda más de un minuto, algo va mal. Es mejor desconectarse y buscar otra opción.

7. Mejor con 4G. Actualmente casi todos los operadores ofrecen magníficas ofertas de datos y tarifas planas para el móvil con las que no hará falta conectarse a redes wifi públicas. Y sí, este último titular no rimaba...