—El producto estrella del sector tecnológico es el teléfono inteligente, y sin embargo ustedes no compiten en ese segmento en Europa. ¿A qué se debe?

—Esto viene de la experiencia pasada. Como bien sabes hemos tenido smartphones en el pasado y no hemos conseguido triunfar en Europa. Si te acuerdas hace algunos años lo intentamos con el lanzamiento del Eluga, que fue nuestro último intento. La empresa se está centrando en otras partes de la electrónica de consumo y de no consumo. En un mercado tan saturado como el de la telefonía, donde hoy todo el mundo va con Android, no le veo una gran oportunidad negocio.

—¿ Y qué fue de aquel magnífico Lumix DMC-CM1 que tenía un zoom óptico y que parecía una cámara de fotos?

—Se lanzó al mercado, pero como siempre, si tú buscas una cámara, buscas una cámara. No un teléfono. El teléfono lo que ha hecho hoy en día es anular el primer precio, es decir, todos los que antes se compraban una cámara de 100 o 120 €, ahora no lo hacen. Esa parte del mercado ha desaparecido en realidad porque con un buen teléfono con una buena cámara puedes hacer todo lo que necesitas. Cuando lanzamos este producto intentamos buscar lo que era una cámara de fotos con algo de teléfono. El concepto en sí nos enamoró a todos e intentamos venderlo, pero la realidad es que creo que no existe consumidor para este producto.

—Lo cual me lleva a preguntarle por el mercado de cámaras más avanzadas: ¿Está también en declive?

—Cuando das el salto desde un smartphone ya pasas a un producto mucho más específico, un producto que sirve mucho mejor para hacer fotos y hacer vídeo. Ahí es cuando la gente hace inversiones mucho más importantes. De alguna manera complementas lo que haces con el teléfono, que son fotos del día día, fáciles de poder subir a redes sociales. De ahí te vas a un producto superior en el que buscas prestaciones, buscas lentes intercambiables, buscas mucho zoom, buscas 4K... Buscas calidades que el teléfono en sí no te puede dar.

—En la lista Forbes de las 2.000 empresas más grandes del mundo, la primera en venta de electrónica de consumo es Panasonic, sin embargo en España no es así. ¿A qué se obedece esta situación?

—Aquí hay dos cosas: en la lista Forbes te sale el total de todas las empresas en el mundo. España no es uno de los mercados en los que somos más fuertes. Por comparar, en Alemania somos la segunda marca del mercado. En Gran Bretaña estamos entre los tres primeros. En España estamos en un top cinco. En algunas categorías somos líderes. Cuando hablas de electrónica de consumo, la categoría clave es la televisión, que es más del 70% de la facturación del sector, y esto hace que seas visible o no en función de si eres fuerte o no en televisión.

—¿Y son ustedes fuertes en televisión en España?

—Es un mercado muy complejo, donde LG y Samsung luchan siempre por el liderazgo. Piensa que la cuota de mercado que tiene LG en España no la tiene en ningún otro lugar de Europa. Esta lucha hace que nosotros nos hayamos reposicionado buscando nuestro segmento de valor añadido, de prestaciones, donde sabemos que podemos ofrecer algo único a nuestros clientes.

—¿Qué es ese “algo único”?

—Nosotros al final en televisión lo que hicimos durante los últimos dos años fue una apuesta mucho más por la calidad, introduciéndo el OLED. Nuestro OLED ha ganado todos los premios a nivel europeo de mejor televisor en lo que a calidad de imagen y prestaciones se refiere. Ahí, en OLED, es donde podemos mostrar toda nuestra experiencia porque todo nuestro bagaje con el plasma, todo lo que es el calibrar la imagen, trabajar la imagen, es donde somos buenos.

—Pero al final las pantallas OLED las fabrica una sola marca y luego las vende al resto. ¿Dónde está la diferencia entre sus televisores OLED y los del resto?

—Todos sabemos que solo hay un fabricante en el mundo que hace paneles OLED, es decir, todos los compramos el mismo panel al mismo fabricante, pero utilizando el mismo panel hemos sido capaces de dar las mejores prestaciones en calidad de imagen del mercado. Al final nosotros siempre hemos sido muy buenos en procesar la imagen y esto nos viene de toda nuestra experiencia de conocer el plasma, de saber trabajar con Hollywood, etc.

—¿Y qué hacen exactamente en Hollywood?

—Nosotros tenemos unos estudios en Hollywood muy potentes, y colaboramos con Technicolor y Deluxe, que son los dos grandes del calibrado imagen. Imagínate que cuando tú vas a sus estudios ellos trabajan con monitores clásicos de 15 pulgadas 4K, y detrás tienen nuestras pantallas OLED para que cuando hay que calibrar los colores, la película que salga luego en contenidos Blu-Ray, ellos vean el resultado real utilizando nuestras teles.

—¿Diría usted que el LED está muerto por la llegada del OLED?

—No. Creo que las resoluciones del Full HD se quedarán para pantallas pequeñas. No tiene sentido un 40” o más en una tele que no sea 4K. Y luego hay dos vías: una gama media que seguramente seguirá siendo durante algunos años LED, y una gama media o alta que será OLED.

—Pero sin embargo ya estamos viendo pantallas OLED por 500 €...

—Solo el panel no te garantiza tener una buena imagen. Si tú no tienes un buen procesador detrás, puedes tener un panel OLED, pero si no lo sabes hacer trabajar, lo verás peor que un LED. Como siempre en todo esto el consumidor es quien manda.

—Me está usted ayudando muy poco para decidirme por mi próxima tele. ¿Cómo puedo saber cuál se verá mejor?

—[Ríe] Cuando tú entras en una tienda y hay 20 teles con el mismo contenido, normalmente tienes dos variables: las dimensiones y el presupuesto. Estas son dos variables clave para el consumidor que entra en una tienda y dice “bueno pues yo tengo hasta 1.000 € y tengo espacio en mi casa para poner una tele que mida un metro veinte de ancho”, por ejemplo. Estas dos cosas son las que le van a marcar qué compras. Naturalmente cuando tú comparas teles con el mismo contenido, enseguida ves las prestaciones. El OLED no es una garantía de que el producto se vaya a ver mejor. Si no tienes un buen procesador de imagen detrás, lo verás tan mal o tan bién como en un LED.

—Me llama mucho la atención que sigan comercializando panificadoras. Si le soy sincero, no conozco a nadie que tenga una en su casa...

—Pues tienes una delante así que enhorabuena, porque ya conoces a alguien.

—Pues me alegro, pero en cualquier caso quería preguntarle si hay un gran mercado fuera de España que aquí se desconoce.

—Por supuesto. Nuestros grandes mercados de panificadoras son Alemania, Italia, Holanda y Bélgica. En España hay una limitación: no estamos acostumbrados a comer con pan que tenga forma de pan de molde. Este es el primer problema, al que ya le hemos encontrado solución. Y en segundo lugar, el pan en España es relativamente barato, y hay muchísimos sitios en los que comprar pan de una calidad buena o decente. Estos dos factores marcan la diferencia del mercado de panificadoras en España en Alemania, que es muy importante para nosotros.

—¿A qué se refiere con “una solución” al problema en España?

—Ahora tenemos una nueva panificadora que presentaremos después del verano con la que hemos conseguido hacer un pan clásico. Sabes que una de las limitaciones de la panificadora de siempre es que el pan no tiene corteza. Con esta nueva panificadora hacemos un pan mucho más clásico.

—¿Y cree que esto les hará aumentar las ventas en nuestro país?

—Esto no hará que el mercado de panificadoras en España explote, pero nuestro principal objetivo es dar una solución a todos estos consumidores que tiene un problema con alergias, como a los celíacos. Hemos hecho un trabajo muy importante con la Fundación Alicia y hemos desarrollado una serie de recetas de pan centradas en harinas para celíacos. Sigue siendo un producto de nicho, pero es un producto interesante cuando en este caso nuestra compañía se preocupa de hablar con la gente para dar una solución a todas las personas que tienen un problema. Si tú no eres celíaco, seguirás comprando el pan donde lo compras normalmente. Creo que difícilmente tú cambiarás de hábitos. Pero si tienes alguna alergia, algún problema, al menos hoy tienes una solución muy interesante. Incluso hemos editado un libro que te invito a probar.

—Desde 2010 la convención de Panasonic se ha hecho fuera de España. Ahora han vuelto ustedes a España y han elegido Mallorca, ¿por qué?

—Por varios motivos. En primer lugar buscábamos un sitio diferente porque era la convención de los 100 años. Este año buscábamos algún sitio nuevo. También buscábamos un sitio en el que hubiera un clima mejor, porque a finales de febrero, si te vas a Fráncfort, seguramente te tocará nieve o lluvia. Y buscábamos un sitio emblemático, y este lugar prácticamente lo estamos estrenando nosotros. No se han hecho grandes eventos todavía. Y como todas estas cosas encajaban, nos dijimos “vayamos a Mallorca” puesto que pese a que es un sitio un poco complicado por el tema la comunicación con los aviones, al final hemos quedado encantados de que hayan elegido este sitio. Y nosotros muy orgullosos de poder estar aquí. Además Panasonic España celebra aquí su reunión anual con todos los empleados. Traeremos a la isla a todos los empleados en España, una reunión que normalmente se hace al final de nuestro año fiscal en abril, pero este año la vamos hacer aquí.

—¿Y cuántos empleados tiene Panasonic España?

—Son 150 empleados

—¿Cuándo se estableció Panasonic en España?

—En 1991. Yo empecé a trabajar en Panasonic en 2011 como director de marketing. A finales de 2015 hay un cambio de organización y me nombran director general. Pasamos una serie de cambios y pasamos momentos complicados de reestructuración centrándonos mucho más en el negocio, buscando rentabilidad y sostenibilidad. Este ejercicio fenalizaremos seguramente por encima de nuestros objetivos.

—El Internet de las cosas es la otra gran tendencia, pero sin embargo en Panasonic no estáis en ese sector, o en el de los relojes intelingentes. ¿Cuál es el motivo?

—Yo creo que hay áreas de negocio y de conocimiento donde somos grandes expertos, y creo que antes de embarcarte en una aventura de algo que desconoces es mejor rematar y hacer bien lo que conoces. Esta es mi filosofía y la filosofía la compañía.

—¿En qué diría entonces que son grandes expertos?

—Nosotros somos una empresa tecnológica que conoce bien lo que es la imagen, el sonido, la telefonía residencial, la televisión, la cámara de vídeo, la de fotos... Estas son nuestras zonas de confort en el área de consumo.

—¿Y fuera del consumo?

—En Panasonic hay distintas patas y una gran apuesta de la compañía es las baterías. Las baterías para la industria del automóvil son desde nuestro punto de vista donde nosotros, gracias a nuestro conocimiento en el área de consumo, seremos capaces de aportar mucho más

—Hablando de baterías, Panasonic ha presentado este año en el CES la primera batería de ion litio flexible. ¿Que puede aportar esta batería flexible en el día a día?

—Yo creo que se trata de buscar soluciones más fáciles de instalación en los coches o en otros disositivos. Al final la batería es algo sólido. Buscarle flexibilidad nos permite ocupar otros espacios. Hay muchos espacios curvados o de difícil acceso en un vehículo, y con estas nuevas baterías que son flexibles seguramente se podrán adaptar de mejor forma.

De todas maneras en el mundo las baterías hay dos grandes retos: uno es el reto del reciclaje y la sostenibilidad de la producción a medio plazo. Por eso el gran reto de nuestra compañía es buscar baterías más eficientes, más pequeñas, que necesiten menos material y que den más durabilidad.

—La sostenibilidad es importante para su empresa. Tanto que han lanzado un nuevo sistema de aire acondicionado que calienta el agua también. ¿Cómo funciona?

—Verás, nuestro desarrollo de aires acondicionados va mucho más allá. Hemos desarrollado unos nuevos productos de aire y agua que te permiten hacer grandes instalaciones en las que utilizas máquinas que producen aire y agua caliente utilizando gas. Son soluciones muy interesantes para grandes edificios como hoteles porque les permite no tener que instalar paneles solares en la terraza respetando la ley. Lo que hemos heco ha sido utilizar el calor residual del gas para calentar el agua. Estas dos cosas juntas permiten a un hotel, por ejemplo, utilizar la cubierta del edificio como terraza, y no tener que llenarla de paneles solares. Estas son las soluciones que una marca como Panasonic tiene que aportar al mercado. Nuestro objetivo número uno generar valor fundamental para todos los consumidores que tengan nuestros productos en casa.

—¿En qué punto se encontrará la tecnología en general dentro de 25 años?

—Estaremos en una situación de mucha más integración en todo lo que es el hogar. Cuando hablamos de soluciones en la casa yo creo que el gran paso será la integración de la comunidad en el sentido de poder compartir información.

—¿Es Fujisawa, su ciudad inteligente, un ejemplo de esto que me comenta?

—Alguna de las cosas que estamos estudiando en Fujisawa, que es nuestra smart city cerca de Tokio, es la posibilidad de compartir y gestionar distintas cosas entre familias para optimizar los recursos. Creo que está ahí el futuro. La tecnología lo que tiene que aportar es una mejora.

—¿Tan mal ven ustedes el problema medioambiental?

—Hoy estamos en un momento en el que tenemos una urgencia que es dar una solución al medio ambiente, dar una solución a reducir emisiones y ser más eficientes. Yo creo que ahí estaremos en 20 o 25 años. No sé de qué manera ni con qué tecnología, pero lo que está claro es que seguro que estaremos en una economía mucho más colaborativa para que la gente pueda compartir cosas. No hace falta tener cinco coches en una casa donde viven cinco vecinos. Al final de estos cinco coches solo se utilizan dos. En Fujisawa una de las cosas que hay es que puedes compartir transporte. Si tú te vas a Tokio mañana a las nueve, lo publicas, y yo tengo que ir a Tokio mañana por la mañana, pues me apunto y vamos juntos. Este es el gran futuro de la tecnología: compartir más y ser mucho más respetuosos con el medio ambiente.

—¿Ayudará el ‘Internet de las cosas’ en esta tarea medioambiental?

—Tecnológicamente el Internet de las cosas que tú comentas, lo que hará es aportar más soluciones seguramente. Hoy ya tenemos aires acondicionados con sensores que solo se encienden cuando detectan movimiento, y si entran más personas en la habitación, automáticamente sube el flujo de aire. Todas estas cosas se irán optimizándose en el futuro. El gran secreto será atacar, al menos en nuestra parte del mundo donde hemos llegado ya a un nivel de de calidad de vida muy alto, intentar ayudar a reducir nuestro impacto en el medio ambiente tanto a través del reciclaje como a través del día día. Los dos grandes objetivos de Fujisawa eran reducir la emisión de CO2 y reducir el consumo de agua. Estas dos cosas ya se han conseguido. Y de ahí en adelante tenemos que ser cada día más eficientes.

—¿Qué sabe usted de Konosuke Matsushita, el fundador de Panasonic?

—Matshshita era un hombre con mucha visión. Este señor, justo después de la segunda guerra mundial, ya pensaba en un plano de cinco años para ver cómo devolver a la gente lo que le habían dado a él. Una de las cosas que me enamora de él es que decía que nosotros como empresa quitamos recursos, y una parte de esos recursos hay que devolverlos, y de ahí viene nuestra filosofía de sostenibilidad y de apoyo al medio ambiente. Es importante que una sociedad tenga mucha responsabilidad, y esa responsabilidad al final no la tenemos para ser mejores, sino que es parte de nuestra manera de ver la vida. Y esto es muy de Matshishita y muy japonés. Se trata de saber cómo podemos devolver a la sociedad lo que le quitamos. Estas cosas le dan una cara más humana a la compañía, pero él no lo hizo para ser más humano, sino porque lo pensaba así. Y nosotros lo hacemos porque compartimos al cien por cien su visión del mundo.