China es la primera economía mundial en el uso del pago con el móvil, y va camino de ser la primera en eliminar la moneda física de su economía. Así de simple y directo.

En 2017, en los diez primeros meses del año, las transacciones móviles una cifra astronómica si se tiene en cuenta que en todo el año anterior se hicieron pagos con el móvil por valor de 7,8 billones de euros, según la agencia de noticias Xinhua News. Según eMarketer la mayor economía del planeta, la de EE UU, generó tan solo 42.000 millones por ese método de pago, una cifra minúscula comparada con la china.

Pero, ¿qué ha provocado ese escalofriante boom por el pago con el móvil? Para averiguarlo lo mejor es salir de compras por Shenzhen, una de las más importantes urbes del país asiático.

Lo primero que te llama la atención es que los códigos QR -también llamados bidi- lo inundan todo. Escaparates, mostradores, estanterías, máquinas... todo lleva un código QR. Y todas las tiendas, sean de lo que sean, los utilizan.

Esto ha permitido que el pago con el móvil no solo haya triunfado en China gracias al aumento de posibilidades mediante las distintas aplicaciones -como WeChat-, sino que los comerciantes han visto un filón en los pagos móviles. El móvil ha aumentado el consumo.

Pese a que en España ya se puede pagar con el móvil, la experiencia no se parece ni de lejos a la de China. Aquí el pago se sigue haciendo a través de un datáfono. Tan solo se ha cambiado la tarjeta por el móvil. En China los usuarios vinculan su cuenta del banco con la aplicación -WeChat o Alipay- y los pagos se hacen directamente desde su cuenta. Es mucho más fácil, más seguro y rápido. Lo único que hay que hacer es abrir la aplicación, escanear el código QR y el pago queda hecho. Hasta tal punto han evolucionado que incluso los habituales pagos compartidos -el pago a escote de toda la vida- se hace a través de estas apps. Y así siempre sabes quién ha pagado y quién no. Bendita tecnología... ¿Llegará a nuestro país?