Antes de la aparición de las redes sociales -RRSS- las empresas se comunicaban con sus clientes básicamente a través de la prensa, radio, televisión o la web 1.0 -internet sin RRSS- de manera unidireccional. La empresa y su marca tenían el control del mensaje. Con la llegada de las redes sociales y la web 2.0 -internet con RRSS- se abre un nuevo escenario inmenso en el que se intensifica esa comunicación entre empresa y cliente, y que puede ser muy beneficiosa para ambos. Estas nuevas reglas del juego suponen para las empresas un nuevo reto que hay que afrontar correctamente y de manera profesional para que sea beneficioso y se puedan evitar los riesgos que conlleva. Lo que me parece evidente es que esa vieja unidireccionalidad comunicativa en que la empresa controlaba el mensaje ya es historia, hoy el cliente mediante las redes sociales tiene también un papel muy relevante en el mensaje de la marca. Se trata de que las empresas con una correcta estrategia de marketing de redes puedan influenciar en potenciar mensajes positivos y actitudes positivas hacia su marca desde los usuarios.

Por si alguna empresa aun tenía dudas, le diría que las RRSS ya no son una opción, sino una clara necesidad en la era de la web 2.0. Y no se trata, como hacen demasiadas empresas, de escoger algunas RRSS -Twitter, Facebook, LinkedIn?- y abrir numerosos perfiles esperando que eso sea suficiente. No es suficiente y es un error. Se trata de diseñar una clara estrategia de RRSS, dotar los recursos necesarios para el desarrollo de esa estrategia con profesionales especializados y con una línea de acción continua y consistente con los objetivos marcados. Por ejemplo, la contratación de un Community Manager in-house o externo se me antoja fundamental, porque no solo se trata de estar en las redes sociales, se trata también de no cometer el error de estar en RRSS sin el personal adecuado y por tanto cometiendo errores de bulto que incrementen exponencialmente el riesgo reputacional de la empresa. Si se me permite el paralelismo, para las empresas, las RRSS serían como tener un potente coche de Fórmula 1 que bien conducido nos puede permitir ser mucho más rápidos en el éxito de la empresa pero en caso de poner el volante de este F1 en manos inexpertas el accidente para la empresa puede ser considerable.

Las ventajas de una correcta utilización de las redes sociales para las empresas son múltiples y variadas. Nos permiten mejorar la visibilidad de la marca llegando nuestro mensaje 24 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año a cualquier rincón del planeta. Si, además, los contenidos en nuestras redes son de calidad mejoraremos la reputación de la empresa y su marca. Y cuando hablo de contenido de calidad, me refiero sobretodo, a que vía redes deberíamos ofrecer ese contenido que interesa a nuestros clientes, no lo que nos interesa solo a nosotros vía ventas. Es decir, hablar solo y continuamente de lo maravillosos que son nuestros productos y servicios puede llegar a ser contraproducente. Las RRSS no sirven para la venta directa sino para generar ese estado de opinión e interés que de manera indirecta puede acabar siendo una venta. Por eso, esa mayor difusión de nuestra marca a través de la redes debería conseguir derivar esos usuarios hacia nuestra web incrementando su tráfico y ventas finales. Así como conocer mejor las preferencias de los usuarios y mejorar nuestra segmentación de mercados. Amén de un mayor networking para posibles colaboraciones, incluso con otros actores de nuestro sector. Un estudio detallado del marketing en redes de la competencia también nos permitirá conocer mejor su estrategia y poder así contrarrestar proactivamente acciones concretas.

La principal desventaja de las RRSS para nuestra empresa es el riesgo reputacional. Esa bidireccionalidad en el mensaje es un arma de doble filo si empezamos a acumular malas opiniones de nuestros usuarios. El papel aquí de los llamados influencers con muchos seguidores puede ser fundamental en una dirección u la otra. Los equipos que gestionen nuestra estrategia en redes deberán tener la habilidad para ir convenciendo a estos influencers a mostrar una opinión positiva de nuestra marca.

No olvidemos nunca que el efecto "bola de nieve" en las redes sociales es fundamental para bien o para mal.