La tecnología avanza a pasos agigantados. Ni los propios humanos son capaces de adaptarse cuando aparecen nuevos procesos. Un ciclo cada vez más rápido que, para muchos, hace peligrar los puestos de trabajo de millones de personas. ¿Para qué necesita a un taxista si el coche autónomo le llevará a su destino con todas las comodidades? ¿O para que precisa de un trabajador que repone las estanterías si un robot es más rápido y más eficiente?

Marc Vidal, reputado experto en transformación digital y en la industria 4.0, dio algunas claves para hacer frente a este nuevo desafío durante la conferencia que ofreció el pasado martes en las bodegas de Macià Batle y organizada por Diario de Mallorca. En palabras de Vidal, es un error preguntarse si la disrupción tecnológica nos afectará. "Lo que debe cuestionarse la gente es cuándo y con qué tecnología".

El experto utiliza el término reworking para referirse a aquel proceso en el que los trabajadores deberán reinventarse y buscar un empleo eficiente que no podrá ser remplazado por un robot. "No es cuestión de crecer sino de optimizar recursos y hacerlos más eficientes", destaca el experto.

Vidal habla de una nueva "escala de valor" en la que lo importante no es el producto sino el servicio. Y pone el ejemplo de los taladros. Actualmente existen 600 millones de taladros que, según un estudio, solo se utilizarán 13 minutos cada uno. El nuevo modelo de negocio propone que, en vez de que cada persona disponga de un taladro, se comparta. De este modo, se consigue optimizar recursos. Así, lo que se venderá es el servicio y no el producto.

¿Peligran los fabricadores de este artículo? "Puede", responde Vidal, quien añade que ahora deberán buscar un empleo que sea irreemplazable.

"Lo que no se pueda automatizar tendrá un valor incalculable", apunta el experto, como por ejemplo la creatividad o la socialización. "La creatividad del humano nunca podrá ser sustituida por la tecnología artificial", afirma.

Según Vidal, los robots tienen límite. "No todo vale". "Nunca podrán hacer surf", detalla Vidal. ¿Por qué? Porque los robots no crean expresión artística. Jamás serán creativos, ni emocionarán. No son sensibles ni sociabilizables. Y tampoco tienen intuición, imaginación ni ética.

Por tanto, "la versión oficial que dice que nos vamos a quedar sin empleo es errónea", comenta Vidal, quien añade: "Ni el mundo se va a acabar ni habrá menos empleos. Solo hay que replantearse el modelo de negocio". Porque, en palabras de Vidal, disponer de robots hace a un país más eficiente ya que no provoca alteraciones en los ciclos económicos.

Vidal aclara que "no vivimos una época de cambios sino en un cambio de época" en el que la tecnología se ha convertido en el cómo y el ser humano en el por qué. Según el conferenciante, "el trabajo no se lo va a quitar un robot, sino alguien que lo sepa manejar mejor que usted".

Cuarta revolución industrial

La línea de trabajo que deben seguir las empresas es la de adaptarse a los nuevos tiempos. A la cuarta revolución industrial. "Muchos negocios lo están intentando, aunque es un error pensar que con la digitalización ya están adaptados", explica Vidal. En cifras, según el conferenciante, le ocurre al 95% de las empresas.

Según Vidal, para adaptarse "de verdad" deben tener en cuenta cuatro factores: conseguir cambiar la visión global, los datos y procesos, atraer a nuevo clientes, y nuevos negocios. "Solo si se cumplen estos cuatro elementos la empresa habrá comenzado a transformarse", declara.

"Los trabajos no serán como los concebimos actualmente" explica el experto. "Aprender" será otro trabajo. Y será uno de los más cotizados. ¿El motivo? Porque gracias al aprendizaje los humanos podrán trasladar más conocimientos y de mejor calidad a los software. Así, las personas se encargarán de crear y diseñar mientras que la tecnología se ocupará de ejecutar los procesos.

Un ejemplo de ello ha sido la campaña de Nutella. Los diseñadores crearon una nueva campaña en la que cada bote tendría un diseño diferente. La idea era, según la dirección, brillante pero imposible de ejecutar en poco tiempo. Según el director de diseño, el tiempo estipulado para diseñar y ejecutar tantos botes sería de alrededor de tres años. En cambio, con la tecnología artificial se pudo ejecutar en unos segundos.

Este ejemplo le sirvió al conferenciante para explicar, a una sala abarrotada y muy expectante de sus palabras, que la tecnología no le va a quitar el puesto de trabajo, en este caso al diseñador, porque el mundo necesita de esa creatividad. De este modo, la tecnología facilitará el trabajo. "No hay que verlo como un enemigo sino todo lo contrario", afirmó Vidal.

Lo mismo ocurrió, y así lo cuenta Vidal, con un nuevo aparato que consiguió curar a una mujer enferma de cáncer. El doctor no sintió que estaba siendo sustituido sino todo lo contrario. Agradeció ese trabajo porque así él podría hacer de doctor. "El valor humano", destaca Vidal. "La cercanía y el trato que te da un médico es imposible que te lo de una máquina" sentencia.

El experto se atrevió durante su intervención a avanzar algo que pasará en 20 años: "estará prohibido conducir". "Es algo seguro que hasta los propios fabricantes de coches lo saben" apunta. "El mundo está lleno de coches parados y no tiene ningún sentido", señala. Por ello, el futuro estará en manos de una aplicación en la que la gente encargará un coche autónomos para ir al trabajo o a comprar. Vidal fue más allá y afirmó que "tampoco habrá parkings ni semáforos. "No harán falta" subrayó.

Imposible de prever

Las revoluciones siempre se consideran una crisis por los que la viven por la dificultad de entender su repercusión real. "La tecnología suele asustar"comenta Vidal. Ya con la aparición de la máquina de vapor se hablaba de crisis, lo de después se denominó primera revolución industrial. E internet no iba a ser diferente. Con la aparición de internet en 1993 se hablaba de un internet técnico. El propio Bill Gates declaró que internet no sería mucho más que un fax. Pero se equivocó. Y no es el único.

En palabras de Vidal, los humanos son incapaces de prever los cambios que generarán las nuevas tecnologías. "Nunca nadie se imaginó que se podría vender ropa y coches por internet sin verlos sin tocarlos. También decían que las redes sociales serían un entretenimiento y que era imposible ver vídeos en los móviles, solo en pantallas físicas" declara Vidal.

"Internet ha cambiado el mundo y la percepción de las cosas" señala Vidal, quien lo argumenta. "Sorprende ver que" la empresa más importante de contenidos sea Facebook, una entidad que no gestiona su propio contenido. La de cine, Netflix, no tienen una butaca, la de contenidos audiovisuales, Youtube, no son ellos quienes los crean y en publicidad, el 97 por ciento es gestionado por Google. "El mundo va cambiando y hay que hacer un gran esfuerzo para preparase para esta nueva demanda. Y también para saber demandarlas" sentencia el experto.