Estamos obviamente preocupados con las tres recesiones que nos rodean: la inmobiliaria, la financiera y la alarmante falta de competitividad que provocan un incremento galopante del paro y un descenso del consumo y en consecuencia de la liquidez y obviamente de la rentabilidad. No deberíamos olvidarnos, ni obviar por falta de tiempo o de energías, que el factor más importante en una empresa para poder sortear estos momentos tan difíciles son las personas, que debidamente formadas y lideradas son el principal motor para conseguir ser únicas, distintas y los mejores profesionales.

El individuo es la fuerza del equipo si aporta lo mejor de si mismo... para conseguirlo es fundamental que tome conciencia de su importancia dentro del equipo porque también puede esconder bajo el equipo su responsabilidad.

La formación positiva a todos los componentes de los valores que definen a la empresa, provocan que ésta esté valorada en el mercado ayudando a construir una marca bien posicionada y mediática (siempre y cuando dentro de la empresa se haya construido "La cadena de compromisos dentro del equipo", tal como ya hemos explicado en el inicio de esta reflexión).

Cuando un presidente de una empresa le pregunta a un empleado recién llegado ¿Quién es más importante en la empresa usted o yo? El recién llegado no dudará un segundo en contestar usted. Cuando el que dirige a un equipo es líder le hará ver al recién llegado que él es más importante porque cuando está solo ante el cliente es él y solo él quién puede ganar o perder la venta construyendo o destruyendo "La Marca".

Por ello es muy importante que cada individuo tenga conciencia con la formación adecuada y el apoyo del líder, de su importancia y rol dentro del grupo. Cuando esto no ocurre se rompe la cadena de confianza-compromisos.

El líder para tener influencia debe:

Transmitir rigor predicando con el ejemplo.

Transmitir mensajes positivos para trabajar la auto-estima.

Transmitir tranquilidad para facilitar desarrollar la imaginación y la genialidad para poder ser únicos y distintos que la competencia.

Transmitir sueños para que todos los individuos del equipo quieran esforzarse para conseguirlos.

Cuando el líder propone a los miembros de su equipo caminar hasta el horizonte para alcanzarlo, es posible que cuando lleven cinco horas andando, un miembro del equipo interrogue al líder, ¿Por qué andamos si nunca alcanzamos el horizonte? A buen seguro el líder le contestará: ¡Pero avanzamos!