Europa regula los criptoactivos

Jorge Morell Ramos

Jorge Morell Ramos

Recientemente, el Parlamento Europeo aprobó el texto definitivo del Reglamento relativo a los mercados de criptoactivos (apodado MiCa), una norma que ha llevado varios años de debate, borradores, idas y venidas.

El texto supone el primer marco regulador para estos instrumentos en el mundo, afectando tanto a emisores y proveedores de servicios, con la finalidad de proteger a consumidores e inversores, así como para aumentar la estabilidad financiera y la innovación en la Unión Europea.

MiCA es una norma que nace para aportar certidumbre regulatoria y más protecciones para los consumidores de estos mercados. Por ello, busca garantizar la estabilidad real de las stablecoins, proporcionar un mayor grado de transparencia en el mercado o asegurar la correcta custodia de los activos, entre otras cuestiones vinculadas a criptoactivos.

MiCA también trata de reducir el efecto medioambiental de las criptomonedas, que puede requerir el consumo de altas cantidades de energía.

La norma será aplicable entre mediados de 2024 y principios de 2025 en Europa, 12 o 18 meses después de su entrada en vigor en función del título afectado. Por ejemplo, las obligaciones relativas a la emisión de e-money tokens y tokens referenciados a activos, serán aplicables a los 12 meses desde la entrada en vigor.

¿Qué supone MiCa? Para empezar, la definición de criptoactivos como “una representación digital de un valor o un derecho que puede transferirse y almacenar electrónicamente, utilizando tecnología de libro mayor distribuido o tecnología similar”. Gracias a esa definición, podremos diferenciar más claramente entre criptomonedas y “tokens”.

El nuevo reglamento también establece requisitos para los emisores de criptoactivos y los proveedores de servicios de criptoactivos (CASP, en inglés). A los primeros les obliga a proporcionar información completa y transparente sobre los criptoactivos que emiten, y a cumplir con los requisitos de divulgación y transparencia. Mientras que impone el registro obligatorio de los proveedores de servicios de criptoactivos, así como la implementación de medidas de seguridad y el cumplimiento de normas de blanqueo de capitales.

MiCA también ofrece un marco legal para los activos digitales que utilizan tecnología de registro descentralizado (DLT, en inglés).

En ese sentido, los principales criptoactivos contemplados en MiCA son:

A) Fichas referenciadas a activos (ART, en inglés), cuyo propósito es mantener un valor estable mediante su referencia a cualquier valor o derecho, o una combinación de ambos, incluyendo una o varias monedas oficiales. Esta categoría incluye todos los criptoactivos que no tengan la consideración de fichas referenciadas a dinero electrónico cuyo valor esté respaldado por activos. Un ejemplo sería Digit (DGX), respaldado por una cantidad equivalente de oro físico almacenado en una bóveda segura.

B) Fichas de dinero electrónico (EMT, en inglés), que hacen referencia al valor de una moneda oficial para mantener un valor estable. La diferencia entre ARTs y EMTs es la configuración de la referencia que soporta el precio de la moneda. En la primera, se emplean activos o una cesta de divisas, y la segunda utiliza una única divisa, lo que le acerca más al concepto de dinero electrónico.

C) Criptoactivos que no tienen la consideración de fichas referenciadas a activos o de fichas referenciadas a dinero electrónico, aquí entrarían los llamados “utility tokens”, usados normalmente para acceder y utilizar servicios o productos proporcionados por el propio emisor de ese token. A diferencia de los “security token”, los “utility tokens” no tienen la consideración de instrumento financiero según la normativa de valores de muchos países.

Sin embargo, y a pesar de lo mucho que nos facilitará legalmente MiCa, todavía quedarán cuestiones en el aire. Por ejemplo, MiCa no regula cuestiones como los DeFi (abreviatura inglesa de Descentralized Finance o finanzas descentralizadas). Tampoco entra en un tema muy de moda el año pasado, como son las fichas o tokens no fungibles (NFT, en inglés) o las monedas digitales de bancos centrales.

Sea como sea, MiCa supone un gran avance normativo para ganar en seguridad, transparencia y confianza en un mercado que por desgracia en los últimos años ha protagonizado más titulares debido a las grandes estafas millonarias realizadas con criptomonedas, que no gracias a las bondades de la tecnología y sus proyectos.