Mejoran las perspectivas en el último informe del FMI

Robert Casajuana

Robert Casajuana

Recién salido del horno tenemos el nuevo informe de las proyecciones de la economía global del Fondo Monetario Internacional (FMI). Los anteriores fueron publicados en enero y en octubre y me parece interesante analizar las nuevas previsiones de este organismo, pero sobre todo compararlas con las diferencias respecto al informe de octubre, cuando el entorno económico mostraba un tono muy negativo, viendo casi inevitable una recesión en Estados Unidos y una mala marcha de la economía española. Ya entonces, algunos, como el que les escribe, estaba en desacuerdo con esta negra visión de la economía y no descartaba una situación mejor de la augurada. El actual informe del FMI viene a confirmar esta visión más positiva, aunque obviamente sin olvidar la identificación de los riesgos aún latentes para la economía global.

El FMI prevé un crecimiento global del 2.8% para este año, mejorando su previsión del pasado octubre. Mejora también la previsión tanto de las economías desarrolladas, con un 1.3% respecto a un 0.9% en octubre, como de las economías emergentes, con un destacable 3.9% Vs. 3.7% en octubre. Cabe destacar que los países emergentes mantienen prácticamente el mismo ritmo de crecimiento del año pasado, cuando que fue del 4%. No es el caso para las economías desarrolladas que reducen claramente el ritmo de crecimiento del 3.4% del año anterior, pero en cualquier caso el ritmo esperado de crecimiento para los países más desarrollados en su conjunto está lejos de la recesión con ese 1.3% ya comentado. Entrando ya en los particulares hay varios aspectos interesantes que me gustaría destacar.

El primero es que, respecto al informe de octubre, el FMI ha mejorado en 3 décimas el crecimiento esperado de España para 2023, hasta el 1.5%, siendo este el mayor ritmo de crecimiento de las principales economías desarrolladas. Recordemos que en 2022, España también lideró el crecimiento de las desarrolladas con un elevado 5.5%, solo seguida en segunda posición y a cierta distancia, Reino Unido con un 4%. Ya sé que estos datos reales de 2022 se contradicen con los discursos de algunos personajes públicos sobre la marcha económica de España, o del desastre del Brexit, pero es la incontestable realidad de las cifras veraces, y no la de los discursos interesados y con clara intencionalidad política, la que cuenta.

Informe del FMI

Informe del FMI

En segundo lugar, me gustaría destacar el increíble vuelco de la opinión que tenía el FMI de Rusia en octubre, a la de ahora. En octubre pronosticaba una recesión para 2023 de esta economía del -2.7%, ahora proyecta un crecimiento del 0.7%. Pocas veces esta institución mejora en tan poco tiempo 3 puntos porcentuales de crecimiento a un país. Probablemente, después de recibir el fuerte impacto inicial de las sanciones occidentales, a su economía ha sabido buscar alternativas viables, aunque quizá no tan beneficiosas, a sus exportaciones de recursos naturales: China, India y otros países asiáticos.

En tercer lugar, otro de los mantras que hemos venido escuchando desde el pasado otoño ha sido la casi inevitable recesión de la economía americana para 2023. Ya decía entonces que, sin poder descartar completamente esta anunciada recesión, de hecho la curva de tipos invertida nos llevaría potencialmente a eso, tampoco la podíamos dar como inevitable, sobre todo porque la economía yanqui está demostrando una fortaleza no vista en décadas en su mercado laboral. Este pleno empleo significa mayor renta disponible, mayor consumo interno y, por consiguiente, mucha mayor resiliencia a entrar en recesión. Así, el FMI ha mejorado en nada menos que 6 décimas el crecimiento de los EEUU para este año, con un 1.6% respecto a lo que pronosticaba en su informe de octubre. Esta mejora refleja una mayor fortaleza de la economía americana de la que algunos dudaban. La parte negativa de este escenario es que ese mayor dinamismo en el consumo doméstico dificultara, si cabe, la cruzada contra la inflación americana.

Por último, y para no alargame mucho más, otro de los cambios significativos ha sido la clara reducción del gap en el ritmo de crecimiento entre dos grandes economías asiáticas, como son la india y la china. En el informe de octubre se proyectaba un crecimiento del 6.1% para India y del 4.4% para China, resultando así una abultada diferencia de 17 décimas. Ahora, esta diferencia se ha reducido a tan solo 7 décimas, con un revisado crecimiento del 5.2% para China y del 5.9% para India. Sin duda, la reciente apertura de la economía china después de demasiado tiempo de una política equivocada de COVID cero ha jugado un papel determinante.

En definitiva, y sin lanzar las campanas al vuelo, sí que podemos afirmar que este último informe del FMI es cuanto menos esperanzador y marca un mejor momentum para la actividad económica mundial. Eso sí, con el permiso de aspectos tan importantes como la estabilidad del sistema financiero internacional, de las abruptas relaciones sinoamericanas, de una política monetaria acercándose a sus últimas subidas de tipos y de una inflación subyacente controlada.