La culpa la tiene el 3%

Ni el famoso 3% (trespercent) de Maragall, ni las orgías del Tito Berni y el conseguidor, ni los ministros con ángel de la guarda personalizado y customizado, ni la kitchen, ni Paco Camps, ni el sí es sí o el no es no, ahora resulta que la culpa de todos mis males la tienen los Neanderthales

 Neanderthal y tal que diría Jesús Gil. Resulta que cuando los sapiens arribaron a las costas europeas hace ya más de 100.000 años desde el continente africano (un suspiro en términos astronómicos), lo primero que hicieron (bueno, lo segundo. Lo primero fue evitar las patrullas costeras de Meloni, si es que vinieron en patera), fue hibridarse con la población Neanderthal local, lo mismito que hicieron los hispano-españoles al llegar a América (yo me cojo a esta, a esta y a esta. Desde entonces las cosas se agarran y las mujeres se cogen), o los pérfidos británicos al desembarcar en Magaluf, aunque allí/aquí las nativas son prácticamente todas guiris de adopción o segunda generación. Tropecientos mil años de evolución y seguimos pensando en lo mismo. Lo único diría yo.

Pues resulta qué debido a esa hibridación, presente en el genoma de alrededor del 3% de los europeos modernos (según el Instituto Max Planck y las palancas de Joan Laporta) hemos heredado una tendencia a padecer enfermedades tan variopintas como la esquizofrenia o el colesterol alto. Pues eso, resulta que cuando navego entre transaminasas, hematocritos, albúminas, azúcar en sangre, triglicéridos, neutrófilos, plaquetas y linfocitos, en ese momento mágico en el que trato de descifrar los arcanos de mi estado de salud sin más ayuda que la piedra Roseta, compruebo que la culpa de mi colesterol disparado no se debe a mi afición por la gastronomía de casquería 100% mallorquina, ni por los chuletones madurados de vaca vieja que devoro con sacrosanta devoción en compañía de mi hijo Pep siempre que la economía me lo permite. La culpa de todo la tiene el chachachá y un ataque de “fortor” no sabemos si de neanderthala contra sapiente o viceversa, o tumultuoso y grupal, o pansexual, o binario, culinario, o polisexual, o grisexual, o poliamoroso, intersexual, ágenero, de género fluido, bigénero, trigénero, pangénero, andrógino, intergénero, de sexo no ajustado o non confoming, queer, homorromántico, birromántico, panrromántico, gótico tardío, rococó, dadaísta, prerrafaelista, brexiter o terraplanista (en aquella época lo debían ser todos).

Como dice mi amigo Jos, a determinadas edades es más fácil cambiar de sexo que simplemente practicarlo.

Nuestros abuelos neander vivían y sobrevivían en grupos reducidos, eran cazadores-recolectores, se dedicaban a hacer arte rupestre como podemos comprobar en las paredes de roca de la cueva de Gorham en Gibraltar, no hacían ascos a una buena mariscada como atestiguan distintos restos arqueológicos hallados recientemente, cuidaban de sus enfermos y sus mayores, utilizaban herramientas y eran capaces de desarrollar un pensamiento figurativo. ¿Qué falló entonces?. Pues muy probablemente con los sapiens llegó algún líder ultramontano de cabellos anaranjados, un xenófobo supremacista de segunda generación, un arribista (o múltiplos y múltiples), algunas lideresas invocando la libertad, varias catorcenas de chamanes inquisitoriales, unos cuantos hoteleros, varios constructores, gurús tecnológicos y concejales de urbanismo y les explicaron a los atónitos neanderthales que lo de ser cazadores-recolectores estaba muy bien, pero que los tiempos modernos habían llegado para quedarse y era tiempo de evolucionar. A partir de ahora, en lugar de organizar una cacería de mamut o rinoceronte lanudo o uro (doy por hecho que el uro es nativo de Mallorca porque su etimología así lo atestigua) cada tres o cuatro semanas y tocarse los huevos el resto del tiempo en actividades poco productivas como solazar, copular, socializar, contar historias, educar a la prole (propia y ajena) e imaginar un futuro en paz con la naturaleza, el entorno, el resto de tribus vecinas y los crudiveganos, se organizarían en grupos de trabajo con horarios de 10 horas al día. Unos cazarían, otros curtirían, otros coserían, otros cocinarían, otros construirían, otros enseñarían, otros les darían misa o clases de misticismo chamánico y por hacer esta labor, el líder de cabellos anaranjados les daría cada calenda, mes o espacio temporal que así determinasen una parte ínfima de lo conseguido, mientras los elegidos entre la clase sapiens de rango superior acaparaba y atesoraba todas las riquezas. Con el mísero salario que conseguían, a partir de ahora deberían pagar por tener un techo (se había acabado para siempre lo de ocupar grutas naturales alocadamente), por adquirir alimentos que ellos mismos habían cazado, por conseguir verduras que ellos mismos habían cultivado, por cubrirse con pieles que ellos mismos habían curtido….De lo poco que les quedaba, los negros chamanes les pedían una parte para, ellos sí, tocarse los huevos a dos manos mientras les explicaban the meaning of life (el perquè de tot plegat).

No quiero extenderme mucho por qué tengo el colesterol alto y no quiero que se me altere el trespercent y me dé por organizar una agrupación de orgullo llonget y Neander y presentarme a las elecciones de la Cámara de Comercio de Cas Concos. Lo único que tengo claro es que desde la primera colisión/fusión entre razas hace 100.000 años, hasta que pasamos del paleolítico el neolítico (el momento en que se jodió el Perú), no éramos en todo el mundo mundial más de un millón de personas, más o menos cómo sa roqueta en temporada baja. Hoy somos más de 8 mil millones (una plaga bíblica) y si nuestros abueletes no se hubieran hibridado, hoy el 3% de esa población (unos 250 millones) sería el equivalente a todos los yankees que hay en la actualidad. En África, el porcentaje de genoma Neanderthal es un poco menor, lo que no ha impedido que algunos de los atributos que caracterizan a la población masculina sean de mayor tamaño, aunque no sea precisamente su Ego. O tal vez sí.

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Y si eres de los que ha visto la luz y crees en el enorme potencial de los barcos eléctricos “Just call my name, I’ll be there in a hurry, you don’t have to worry”. Una aferrada Marvin.