Cualquier niño/a que nazca hoy en el mundo (a excepción de en las islas Andamán, Guinea Papúa o lo más profundo de la Amazonia) es en esencia un deudor. Se pasará la vida saldando deudas. Desde su nacimiento contribuirá a generar una deuda a sus progenitores que les será transferida a su entera propiedad en el mismo momento en que empiecen a generar sus propios ingresos y que a su vez será transferida a su prole manteniendo un inalterable ciclo de la vida que se mantiene intacto, hasta que a los franchutes les da por hacer una revolución. Y mucho me temo que la próxima está al caer.

Timothy Snyder, profesor de historia de la Universidad de Yale y experto en analizar las causas y orígenes de las Guerras Civiles, alertó de que el número de indicadores que muestran que los EEUU están al borde del conflicto es más alto que nunca en la historia y que si el former President Donald Trump se presenta en 2024, considera que el país no lo soportaría y estallarían conflictos permanentes de mayor o menor intensidad. No una guerra civil al uso, sino una contienda cíclica al estilo del Ulster norirlandés. Dios, Alá, Buda y Jeff Bezos nos cojan confesados.

Somos como hámsteres en el ciclo de la vida. No podemos detenernos o morimos.

De la misma manera, siempre que oigo a aquellos que predican que se pretende convertir a España en Venezuela, veo que son los mismos que aplican políticas que fueron el germen de lo que Venezuela es hoy. Cuando se instrumentan políticas ultraliberales que hacen más ricos a los ricos y más pobres a los pobres, cuando desaparecen la mayor parte de los servicios sociales en materia de educación, sanidad, acceso a la cultura y seguridad, cuanto más amplia es la brecha entre clases sociales y desaparecen las clases medias que son el sustrato que consolida la paz social, mayor es la probabilidad de que se bunkerice y reduzca a unos pocos quiénes atesoran todos los recursos, ampliándose hasta el infinito el número de quiénes no tienen nada que perder, ni conservar y por no tener no tienen ni estudios ni formación por lo que su única ansia cuando llegan al poder es perpetuar los peores vicios de los oligarcas que les precedieron.

Cuando llegó la pandemia (tan solo un par de días después), un conocido mío que tiene alquilado un local a una archifamosa y mega rica firma textil, recibió la inesperada visita de los responsables de la firma y se les expuso que debido a los enormes estragos que estaba previsto (previsto) que causara la expansión del maldito bicho se veían obligados a renegociar la renta del local. La oferta fue pagar solo la mitad. ¿Hasta cuándo preguntó iluso mi conocido?. Para siempre le contestaron tajantemente. La semana pasada esta empresa presentó resultados con el mayor beneficio generado en la historia de la compañía. Así cualquiera.

Somos como hámsteres en una rueda.

Una rutilante empresa hotelera, con estrellas que brillan más que el sol, con la que allá por el prehistórico año 2020 tenía un contrato de servicios, me congeló la prestación que les proporcionaba tan solo 3 días después del anuncio del confinamiento y aún conservo como papiros desempolvados por Howard Carter al descubrir la tumba de Tutankamón, en la que se me informa de que retomaremos la prestación de servicio en mayo, luego en septiembre, luego a principios de año y luego…., luego nunca más se supo y hasta hoy. El otro día la compañía presentó resultados y ¡¡¡¡oh!!!! Sorpresa, habían sido extraordinariamente positivos y su propietario se mantenía resplandeciente en el panteón de los megáricos de la lista Forbes.

Somos como hámsteres en una rueda.

Suerte que aún hay noticias que le alegran a uno la vida. Resulta que en los ríos valencianos llevaban años tratando de recuperar a las nutrias que, desde antaño, poblaban las riberas y cañaverales de esos cursos fluviales. La mejora de la calidad de las aguas, la reducción de los vertidos, etc. Sin duda había contribuido, pero el elemento más determinante para la recuperación de la especie fue el cambio en sus hábitos alimenticios, ya que pasó a alimentarse básica y casi exclusivamente de una especie invasora, el cangrejo americano. Un crustáceo braquiuro que ni por asomo poblaba las riberas valencianas hace tan solo unas décadas y que ahora desempeña un papel fundamental en la recuperación de este mustélido tan emblemático.

Este episodio me recuerda a un anuncio de (creo que era Air France) en el que una hermosísima mujer aparecía sentada sobre un exquisito baúl de viaje en un aeropuerto bajo un titular que anunciaba. “Vuelo a New York cancelado”. Mala suerte Jack. Bon Jour Jean Pierre.

Somos como hámsteres en una rueda.

Pues eso. No hay verdades absolutas. Nada es completamente bueno, ni nada es completamente malo. Tengo el máximo respeto por algunas grandes compañías hoteleras, la Asociación del Rifle, los desforestadores del Amazonas, las empresas petrolíferas y Eléctricas, los cazadores de ballenas y delfines, los bancos, el Tea Party, los veganos y los crudiveganos, los terraplanistas y los adoradores de Simeone, pero antes de formarme una opinión he contrastado información, he consultado fuentes distintas y antagónicas, me he cuestionado certezas y he dudado sobre verdades absolutas. En el marketing digital, como en la vida de los hámsteres, se trata básicamente de informarse, curiosear, medir y extraer por uno mismo las conclusiones más adecuadas y siempre basándose en datos. Si quieres saber más síguenos en www.mad-men.agency, orgulloso miembro de MarkAting Meta Agencia.