Si bien cuando hablamos del término sostenibilidad lo relacionamos en seguida con el concepto medioambiental, la sostenibilidad va mucho más allá. En definitiva, estamos hablando de sostenibilidad cuando encontramos el equilibrio entre los recursos medioambientales, la economía y la sociedad.

Durante los últimos 30 años se ha puesto de manifiesto la necesidad imperiosa de que las empresas apuesten no solo por incrementar el valor económico de sus organizaciones, sino que cada vez son más las empresas que apuestan también por añadir a su actividad un valor medioambiental, buscando la ecoeficiencia, tratando así de desarrollar esta actividad económica generando el menor impacto ambiental posible y por supuesto sin dejar atrás el valor social… En definitiva, encontrando ese punto ideal de coherencia y veracidad que generan nuestras acciones como empresa y repercuten en el buen desempeño de los empleados y por ende en la sociedad.

Y es justo en este punto donde probablemente las empresas también debamos poner el foco para poder solventar uno de los mayores retos ante el cual nos encontramos, y del que venimos hablando periódicamente, captar, gestionar, desarrollar y mantener el talento humano en las empresas, será esta la fórmula útil para que las organizaciones crezcan y se desarrollen pudiendo así alcanzar sus objetivos, pero de una forma sostenible, recordando que el principal capital competitivo que tienen las empresas es justamente el capital humano, las personas.

¿Cómo podemos, llegados a este punto, marcar unos criterios claros y beneficiosos para que todo funcione? Nosotros lo tenemos claro, la sostenibilidad de las personas en las empresas pasa por tener en cuenta y cómo punto de partida estos cuatro puntos:

  1. Establecer una correcta comunicación con los equipos de trabajo será un factor imprescindible para la sostenibilidad de las personas dentro de la organización, los efectos positivos que generan un buen proceso de comunicación son evidentes, mejoran la competitividad al mismo tiempo que fomentan el nivel de motivación de los empleados creando un clima de trabajo integrador.
  2. Marcar objetivos en conjunto, si tenemos en cuenta que como organización vamos a potenciar y a mejorar nuestros procesos de comunicación, también debemos tener en cuenta que nuestros equipos necesitan establecer una conexión de confianza con sus responsables, formar parte de la toma de decisiones, en mayor o menor medida aumentará en nivel de responsabilidad y compromiso adquirido.
  3. Mejorar, en la medida de lo posible, las condiciones laborales, entender la realidad individual del profesional, poder flexibilizar turnos de trabajo, comodidad en la ubicación de este, tener las herramientas adecuadas para desempeñar sus funciones contribuyen notablemente a mejorar y potenciar la calidad laboral, también es un importante factor a tener en cuenta, pequeñas acciones que modifiquen estas condiciones son un gran cambio para los profesionales
  4. Facilitar planes de desarrollo, no solo mantiene tu empresa actualizada y ayuda a mejorar la competitividad, sino que favorece la integración de los empleados, aumenta la satisfacción y motivación del equipo e incrementa la seguridad de estos.

Necesitamos ejemplos reales, razonables de desarrollo sostenible que nos ayuden a mejorar el bienestar de las personas sin poner en riesgo el desarrollo humano futuro. En definitiva, colocar a las personas en el centro de los objetivos como principio y fin.