Desgraciadamente nuestro continente vuelve a enfrentarse a sus viejos fantasmas. Lo que parecía inverosímil ha vuelto a suceder. La Guerra en Europa. Está claro que los humanos del S.XXI estamos más avanzados tecnológicamente que los del siglo pasado, pero desde luego no hemos evolucionado un ápice en cuestiones como la cívica convivencia, la armonía o la paz.

Ya en sus albores, el homo sapiens se ha enfrentado entre sí bajo toda clase de justificación étnica, religiosa o moral todo con el fin de ocultar la razón esencial, que no es otra que el acceso y el control de los recursos naturales de este hábitat al que llamamos Tierra, aunque visto lo visto podríamos llamar igualmente planeta Guerra.

Desde el minuto cero de la invasión, las tropas ocupantes se han dirigido de forma prioritaria e inequívoca a un determinado y excepcional emplazamiento: la fallida central nuclear de Chernóbil. Desde entonces hemos escuchado todo tipo de justificación estratégico-militar. Que si control de infraestructuras, que si defensa fronteriza, que si vía directa hacia Kiev….

Posiblemente debido a mis carencias castrenses, pero también a mis conocimientos en materia de energía considero que este objetivo tiene más que ver con las artes de la guerra psicológica que con la “strategematun” convencional. ¿ Por qué ?

Como ya les señalé en mi anterior articulo - “Ucrania, una guerra a todo gas” – bajo mi parecer nos enfrentamos a una guerra esencialmente energética o con intereses y finalidades directa y estrechamente vinculadas a la Energía. Imagino que todos Uds. ya están al tanto de la dependencia europea de los minerales fósiles importados de Rusia y de como ésta está aprovechando la fatídica cuestión tanto para financiar la invasión como para impedir o al menos minimizar las posibles sanciones y reacciones de la comunidad internacional y en concreto de la UE.

Bajo mi parecer, la toma de control de la central nuclear de Chernobil se ha realizado con el ánimo de recordarnos que este tipo de centrales por su alto riesgo y peligrosidad son objetivos prioritarios y estratégicos en cualquier posible conflicto bélico actual. Pero, ¿Por qué? Verán, el nuevo modelo económico europeo se fundamenta en nuestra descarbonización a través de la electrificación de la economía y este modelo se sustenta de una parte en grandes centrales eléctricas – fundamentalmente nucleares – y un sistema distribuido mediante la implantación masiva de las energías renovables.

Con este simbólico movimiento de ocupación de Chernobil, los geo estrategas rusos envían un nuevo mensaje de miedo: “las centrales nucleares pueden ser vuestra solución. Sí. Pero asumir el riesgo”.

Para quien no lo sepa, hablando únicamente de los residuos radiactivos ( no ya de una central en funcionamiento ) el riesgo latente de salud pública en condiciones de almacenamiento de máxima seguridad es de entre 60 y 300 años. Ahí nos apunta Rusia en un nuevo ejercicio de guerra psicológica o de táctica del miedo extremo.

No me mal interpreten. Como cualquier otro especialista en materia de Energía estoy a favor de cualesquiera tecnologías que nos proporcionen suministro, seguridad y soberanía energética, pero también considero necesario ilustrar a mis conciudadanos en los beneficios y riesgos de cada tecnología y, por desgracia, Rusia nos ha dado una lección avanzada sobre una cuestión tan controvertida como la nuclear.

Sea como fuere, nos hallamos en un momento histórico en el que debemos decidir si aceptamos el vasallaje energético ruso o apostamos por asumir daños coyunturales para garantizarnos un futuro próspero y soberano.

Imagino que Ud. tendrá su opinión, falta saber que decidirán nuestros mandatarios.

De nuevo mi solidaridad con Ucrania y con todos los que estamos gravemente amenazados.